UN BUENDÍA (BUENDÍA, CUENCA)

No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso.
Está frase que una vez fue escuchada por unos cuantos elegidos de la boca de Albert Einstein, define bastante bien la máxima que intento seguir.

Descubrir sitios especiales, gente nueva, investigar, preguntar, descubrir, arriesgar, perder y a veces ganar, un cúmulo de sensaciones que da razones importantes para mí, a esto de la escalada.

Este finde, de nuevo se han unido muchas de estas y he conocido a nueva gente, un sitio al que le tenía ganas desde hace tiempo y he luchado en uno de mis límites, superándolo de la mejor manera que me ha dejado mi demonio interior.

El sitio, Buendía (Cuenca)

La gente con la que lo he compartido: Nell, Pablo, Sergio y Ana.

La idea inicial era la de hacer noche el sábado y así aprovechar los dos días para darle un tiento a esta exigente escuela, pero la falta de tiempo de la mayoría de la gente, hizo que dejásemos el viaje para el domingo relativamente temprano.
Tras recoger a Ana y Sergio, avanzamos por carreteras limpias de tráfico hasta nuestro destino.

Casi dos horas después, estamos a pie de vía buscando algo para calentar.
En esta escuela, no son necesarios los croquis ya que los grados viene puestos en sus pies, curiosamente bailando entre medio grado (V+/6a, 6a+/6b, 6b+/6c...) en casi todas.
Lo malo de este sistema, aparte de manchar la roca, es que cuando pasa el tiempo y el uso de las vías estas cambia de grado considerablemente sobre todo en blanda caliza. Tanto es así, que el IVº por el que empezamos en las placas que hay pegadas al camino del sector que llaman Kutxillas, es más bien V+.

Tras este, Sergio y yo nos dedicamos a ir subiendo de grado, buscando la belleza de la línea y cogiendo de referencia lo propuesto en negrita, para tampoco pasarnos.

Nos metemos en una que está al finalizar esta placa, que encadenamos los dos pensando que podría ser un 6a+.

Tras esta, probamos la que recorre una atractiva fisura de derechas a izquierdas, con una grado de 6a en un paso a mitad del largo que bien se podría hacer protegiendo*.

Sin descanso, casi corremos a donde se han ido ya Nell, Ana y Pablo, ya fuera de esta placa, en un pequeño muro a la derecha, de unos 15m de alto, donde se están peleando con un desplomado 6a.

Cuando llego, Sergio me propone hacer la que queda a la izquierda, que según pintada en la base, marca 6b (si no recuerdo mal). También la encadenamos los dos yo con pequeño susto al írseme los pies en unos en los pasos clave, sin mayores consecuencias.

Sergio está que lo tira y se anima a probar una vía que marcan en su pie de 6b+/6c necesita el apoyo de mi intento si no lo consigue.

- Parece dura pero, puedo intentarlo - Le digo.
- Me es suficiente, vamos a por ella!- Asegura decidido.

Desde abajo dos aparentemente lisas secciones así lo prometen y no nos engaña la vista.
Larga, de esas que sabes llegarás cansado a la reu echando el bofe si no tienes fuelle es lo que nos espera.

Observamos que algunos chapajes son demasiado lejanos, pero confiamos en que sea porque es una sección más sencilla.

Muy motivado, Sergio la comienza dudando en la segunda chapa, con un movimiento nada evidente de invertidos y laterales que te dejan con dudas en cada presión.

¿Dónde está mi cámara?

Tras un rato, con algunos momentos de tensión en los que veía que iba a volar, consigue llegar a la cadena recibiendo la enhorabuena por parte de todos.

¡Muy buena bicho!

-. Dátela de primero – Me increpa Sergio mientras se desata el nudo – Te va a encantar!

Las dudas empiezan a aflorar en mi mente sabiendo que iba a sufrir y posiblemente volar, ya que en caliza es mi grado tope actual.

Las excusas se atropellan al intentar salir de mi boca, pero las paro antes de que empiece a escupir tonterías sin sentido.

Dialogo interno:
Ángel: A ver Vlady, no hay repisas, son parabolt relucientes, sabes que puedes hacerlo y sino, vuelas, no pasa nada!
Demonio: Si claro, es muy fácil decirlo, pero cuando estás ahí con la chapa a un metro bajo tus pies y la presa de sus dedos es más roma y menos grande de lo que te gustaría, no piensas igual.

Dejo a los dos discutir mientras cojo una piedra del suelo, la gapeo por un lado tirándola al aire…

Gapo, de primero, sin gapo de segundo.

La última vez que hice esto, estaba en el tercer largo de la Regular al Half Dome, pero esta vez, mientras veo girar el trozo de caliza en el aire, deseo que salga gapo.

Gapo... Tira de la cuerda, voy de primer!

Casi sin pensar me meto en la vía y ya estoy en el primer paso difícil de los invertidos. Gracias a haber visto a Sergio probarlo, me cuesta un poco menos, aun así hay que apretar.
Resulta interesante comprobar que después de este paso hay otro duro, y otro y otro y otro más. Es una vía de continuidad.
Los movimientos son de pensar, de colocarse muy bien y de ir mirando donde pones los pies…algunos largos, demasiado para mi body, pero busco la secuencia para llegar al bidedo slavador, a la fina regleta...

Un descanso, con la chapa en los pies es lo que sigue, pero es el primero y hay que aprovecharlo, ya que después viene la segunda sección que promete se divertida.

Un par de pasos más de tensión, chapa y llega la sección dura.

Lo empiezo bien, tirando de regletillas de media falange, para colocar el pie izquierdo…donde?
No veo el pie y me estoy petando…allí! A lo lejos... veo una repisilla…esta muy lejos, demasiado, pero la necesito!

Si cada vez que cometes un fallo sonase un sonido de fondo, aquí habría sido oído hasta por los patos que volaban a cientos de metros sobre nuestras cabezas granzando su clásico sonido.

Ahora estoy espatarrado, con una mano en el aire y la derecha demasiado lejos de esa ínfima regletilla.

No soy capaz de moverme para rectificar el error y tengo la chapa un poco más abajo de la cintura.

Dialogo interior:
Angel: Prueba a llegar con la mano izquierda a la regletilla…como mucho caerás un metro!
Demonio: Hombreee teniendo la chapa tan cerca es tontería dejarte caer!

Me salen los cuernos del casco y agarro la cinta para no caer ese metro.
No he hecho más que agarrarla, cuando veo el pie clave. Un oculto agujerillo, que hace que la secuencia sea de 6b y no de vete a saber qué grado.
Lo pruebo y me sale sin problemas.

Contento por lo aprendido y conseguido, decidimos terminar el día con la mejor vía de las probadas en la zona y que según Pablo, el más asiduo a la zona, así la denominan.

Sin duda lo es.

Se trata de un precioso y vistoso diedro de unos 30m, con algunas partes desplomadas, de un grado marcado en la base de 6a, que se puede hacer con cacharos pequeños sin problemas, ya que es de fácil protección a pesar de su agresiva apariencia.

Clásica como es menester.

Amenizado viaje filosófico de regreso del que saco buenas lecturas pendientes y llegada a casa con las últimas luces, para recibir la semana con una buena sonrisa, sabiendo que has tenido un buen día.

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