(PA)CIENCIA METEOROLÓGICA (ALCORNOCAL, VÍAS DEL DEPÓSITO)

Este finde parecía una copia del anterior, donde los dos días, prometían mal tiempo y ponían de nuevo a prueba nuestra motivación y paciencia.


Todo el mundo sabe que la paciencia es una gran virtud y quien no la tiene a de cultivarla. Por cosas de naturaleza, yo tengo mucha, aunque con un limite.

Las predicciones daban como día bueno, el sábado, pero por motivos familiares, elegí el domingo como día de trepada.
En seguida la cosa se empezó a mover y el viernes ya tenía conocimiento que iba a ser una gran reunión, de gente conocida, desconocida y otra que hacía tiempo que no veía por sus compromisos y viajes.

A eso de la 11:00 ya habíamos llenado el bar del Tranco con solo nuestra presencia.


Uno, dos tres cuatro..... 12 personas na más y na menos.

Mientras, afuera llueve


Después de las infusiones y cafés de rigor, tomamos la decisión de salir, al ver que ha medio parado.


Pero cuando ya estamos enfundados en las mochilas, comienza a llover mucho más fuerte.


Para adentro de nuevo.


Muchos de los allí presentes empiezan a dudar de la posibilidad de escalar. Parece ser que soy el único que mantiene las esperanzas ayudado en parte por Michel.

Si esperamos a la tarde y con un poco de viento esto seca, hacedme caso.

La gente se desespera y toma la decisión de salir a andar al ver que de nuevo para un poco.
Muchos no pasan del bloque del Tamboríl al ver que la cosa vuelve a empeorar y deciden volverse a sus respectivas casas.

¿Quien es el gafe?

Ahora tan solo quedamos siete de los 12.


Caminamos uno pocos metros más pero vemos que nos estamos calando absurdamente hasta los huesos, por lo que de nuevo volvemos al aparcamiento, pero cambiamos de bar, para repartir capital en los negocios, allí, después de unas cervezas y algo de picar, por fin el cielo gris da paso al azul intenso y un viento fresco perfecto para secar la deseada roca.

Ya son las 14:00.

Por decisión unánime nos acercamos al Sector del Depósito de la zona del Alcornocal, donde el viento azota con fuerza.
Allí Michel decide irse, al ver otro frente que vemos acercarse por Peñalara y que tiene una pinta feisima.


Ahora tan solo quedamos cinco.

Subimos, sin material, para ver la roca y las vías por si algún desalmado había desequipado la zona o la roca estaba impracticable por la humedad o canales de agua.


Ninguna de las dos cosas se cumplían, así que animados por mi convenzo al personal para bajar a por cuerdas y cintas para probar suerte.

Al llegar a los coches, se empiezan a echar atrás, al ver como las nubes se acercan peligrosas.
Las miro y veo que se están abriendo en dos por lo que las posibilidades de lluvia se reducía. Aun así las apuestas están 4 a 1.

Cuando ya nos estamos planteando montarnos en los coches a pesar de mi insistencia aparece una pareja en un coche blanco.
Él con un aspecto de tipo curtido en la montaña y ella con un sorprendente parecido a Lynn Hill, nos saludan desde el coche.
Se bajan y en pocas frases en un acentuado americanoespañol, convencen al personal.

Venimos desde Asturias y llevamos toda la semana aquí para trepar en la Pedriza. Solo hemos podido escalar una vía, así que vamos a intentarlo. Mejor un intento que nada.

Ahora las apuestas se habían reforzado 3 a 4.

Veis? Ese es el espiritu que hay que seguir.


Pasamos una tarde en manga corta,...


...al sol de la pedriza,...


...una tarde llena de gestos e historias,...


...una tarde donde las vías que escalamos, nos parecieron perfectas.

No eran difíciles, pero si muy bonitas yen cualquier caso, un regalo perfecto a nuestra mal valorada paciencia.