El resto del tiempo lo gastamos en no hacer nada más que comer y beber para recuperar fuerzas, ya que los siguientes 3 días los pasaríamos durmiendo a 3.371m de altitud en el refugio Torino, donde nos planteábamos terminar nuestro viaje hasta que el tiempo cambiara.
1 AgoSi hay algo preciso en Chamonix es la meteo, aunque alguna sorpresa siempre te llevas con esto de la meteorología ya que no es una ciencia exacta, aun así las predicciones eran claras, el día 1 y el 2 daban "bueno" y el 3 malisimo, para terminar el 4 con bueno de nuevo, por lo que nos debíamos plantear una sola actividad ya que nuestro regreso en avión era el día 4.
De las ventitantas propuestas que teníamos entre los dos de hacer, teníamos clara una premisa. “No escalar con mochilón”, así las opciones se reducían bastante, tanto que se quedaron en tres. Una era el Triangulo de Tacúl, otra el Espolón de los Cosmiques y por último el Tridente de Tacúl. Todos ellos cerca, pero a pesar de las ganas de hacer alguna cosa más, no había más remedio que resignarse al tiempo en el más amplio sentido de la palabra.
Finalmente optamos por el Tridente siendo una escalada con aproximación corta y escasa en compromiso…o eso es lo que habíamos leído en la ifo disponible. Aun así escamados con las precedentes nos lo tomamos igual de serio que cualquiera de las anteriores.
Para acceder a esta zona, hay que tomar de nuevo el teleférico que ya habíamos cogido unos días antes para ir a la Aguja de la M, pero esta vez llegando a la Aguja de MIdi que está a 3842m de altitud.
Una manera de ahorrarse un montón de metros de desnivel que superas en poco más de 20min, lo cual consigue que algún avezado turista llegue arriba vomitando.
El viajecito en el teleférico más un telecabina que cruza el inmenso glaciar de gigante, nos sale por 50€ por cabeza, con solo el de ida, hasta lo que se conoce como Helbronner, donde hay que coger otro telecabina (7€) que te lleva ya a la parte italiana de los Alpes, donde está el refugio Torino, nuestro lugar de pernocta por dos días.
Ese día solo lo usaríamos para llegar al refugio y estudiar el recorrido en detalle, pro l que nos lo tomamos con calma y decidimos pararnos un rato en la Aguja de Midi para observar las increíbles vistas que ofrece este incomparable balcón rodeado por sobrecogedores glaciares.
Esta zona es mucho más visitada que cualquiera de las que hemos estado y se aprecia en el tráfico que se genera en las bajadas y subidas de las aristas cercanas.
Esta vez no tenemos que caminar nada, hasta el refugio por lo que no nos hemos esmerado tanto en el peso, así que nuestras mochilas son algo más pesadas que anteriores días.
Durante este paseo por los balcones, existe un paso escavado en el hielo que atrae a cualquiera a pasar por él.
Hago una foto, guardo la cámara y me dispongo a pasar observando, impresionado por el techo, con tan mala suerte que no me fijo en el suelo en el que hay a la izquierda unas planchas de plástico que no piso y lo que piso es puro hielo…
¡Zip…ay madre, qué vuelo…Boom!Caigo con el culo en el duro hielo impactando brutalmente con todo el peso de la mochila y sorprendiendo a todos los que están en la cueva.
Me quedo quieto antes de moverme por si me he partido la cadera por el gran impacto, mientras escucho a la gente preguntarme en ingles y francés si estoy bien.
- Uff…no sé, primero a ver si me puedo levantar.Poco a poco me voy incorporando y noto un agudo dolor en la rabadilla, pero me puedo mover, así que me acerco con cuidado a las planchas de plástico y camino hacia el final de la cueva.
Alberto no se ha enterado ya que iba unos cuantos metros delante.
Nada más salir el sol me hace guiñar los ojos y busco las gafas en mi cabeza pero no las encuentro.
- Mierda, se me han debido de caer en la piña de antes!Regreso sobre mis pasos y pregunto en mi mal inglés a la que gente que hay por allí si han visto unas gafas en el suelo.
Sin gafas no me adentro en glaciar ya que se me pueden dorar las pupilas, así que retrocedo el camino hecho hasta la última vez que me las quité de los ojos, en la tienda de regalos que te obligan a cruzar, donde precisamente venden gafas.
Pregunto a la señora por lo precios de una gafas con filtro 4 y me habla de precios desorbitados, que empiezo a apechugar pagar sin remedio. Estoy en estas cuando alguien se golpea, al pasar, con el casco que llevo colgando en un lado de la mochila.
Giro la cabeza mientras pido disculpas y sujeto el casco con la mano, cuando un brillo dentro de este me hace mirar en su interior…son las gafas!
Al parecer en la caída habían volado en el aire y habían caído justo dentro del casco.
- ¡Lo hago adrede y no me sale!
Sonrío a la dependienta devolviéndole sus especulativas gafas, mientras le enseño las recién encontradas y me marcho con un sorry repetido varias veces.
Tras el percance, nos montamos en los pequeños telecabinas y comenzamos a cruzar el espectacular glaciar que casi se pierde en el horizonte, parándose en las agujas que nos rodean y que parecen contenerlo para que no se desparrame.
Vemos también los otros objetivos planteados y guardados para otro viaje.
Como es el Espolón de los Cosmiques.
El Mont Blanc de Tacul
Y el Triangulo de Tacul.
Una vez llegados a Helbronner, observamos sorprendidos lo cerca que está el refugio Torino y nos planteamos bajar andando, pero lo descartamos rápidamente al comprobar lo aparentemente complicado de crestear por piedra suelta hasta este.
Curiosamente, nada más montar en el telecabina, la niebla se cierra dando la sensación de que estamos bajando por un cable sin fin.
Tras esta bajada, toca de nuevo subir¿?
Por unas escaleras hiperempinadas que tienen incluso unas puertezuelas, que suponemos es para por si te caes poder pararte antes de llegar al final.
Arriba la niebla aun se mantiene y deja vislumbrar de vez en cunado las fantásticas vistas que se pueden disfrutar, como de una aguja también metida en la lista, en la Aguja de la Brenva.
Llamada Pére Eternal.
El resto del día lo pasaríamos estudiando la ruta e hidratándonos.
De nuevo las vistas desde nuestra habitación son más que atractivas, esta vez la Brenva y su atrayente aguja de Pére Eternal nos despiden el día para esperar las 04:00 de la mañana cuando comenzaría nuestra última escalada en los Alpes.
2 AgoAl parecer esta misma vía del Tridente que habíamos elegido también había sido la opción de tres ingleses que no aparentaban ser más que simples turistas.
Ellos son más rápidos en salir y nos cogen ventaja rápidamente, cosa que no nos preocupa en exceso ya que cuanto más lejos, más espacio entre ellos y nosotros y menos posibilidad de que nos tiren piedras o nos retrasen en nuestra escalada…lo que no sabíamos aun es el estilo en que tenían pensado hacer la vía.
Nuestro avance por el glaciar, nos hace pararnos varias veces a contemplar los colores que nos envuelven en cada minuto que pasa mientras la luz juega a filtrase entre las perfiladas agujas graníticas.
Poco rato después esta misma luz empieza a colorear de rojo el conjunto del Tridente, Gran Capucín y Petit Capucín, de izquierda a derecha.
Según nos acercamos a nuestro objetivo, alucinamos con el extraño fileteado de la roca que ofrece sugerentes líneas negras.
Para acceder al comienzo de la vía, hay que subir por un corredor de unos 60º con la incertidumbre de la posible caída de piedras.
Comprobamos que la otra cordada aun no ha conseguido comenzar la vía y se pelea en el corredor por llegar a lo que ellos interpretan es el inicio.
Nosotros, con algo más de calma, observamos las posibilidades de dejar las mochilas en el mejor sitio para luego recogerlas.
La vía en cuestión se rapela por esta misma cara, aunque en el realidad va bordeando toda la aguja de Oeste a Este en un recorrido espiral ascendente.
Una reunión de clavos que localizamos un poco más abajo de donde están los ingleses, es nuestro objetivo, por lo que poco a poco nos acercamos a esta y allí nos preparamos para atacar la vía con una pequeña mochila para llevar el agua, algo de comida y una pieza de abrigo.
Los tres primeros largos decidimos que me los de yo siendo un ejercicio de uso de IA, donde el fin es encontrar las reu que recientemete se han equipado con parabolt y con posibilidad de rapelarlas.
¡Ahora si que estoy disfrutando!A pesar de haber algún largo un poco exigente como alguna fisura técnica, la sensación de libertad al no tener el lastre de la mochila tirando y desequilibrandome cada movimiento, hace que la cosa fluya rápidamente y escalemos muy rápido.
Casi sin darnos cuenta alcanzamos a los ingleses y es cuando alucino con lo que veo ante mis ojos.
Están escalando con bota dura, con una sola cuerda y asegurando al hombro¿?
Lo peor es que llevan otra cuerda en la mochila y además un ATC colgando del arnés. Tampoco usan las reus de parabolt y se aseguran laceando bloques.
Todo me parece muy bien, ya que cada uno realiza la actividad como quiere, pero claro, siempre y cuando no produzca retrasos de 2horas como el que nos esperaba en breve.
Tras mis tres largos, Alberto se hace dueño del cabo de miedo y tras hablarlo, se adentra demasiado a la izquierda a pesar de ver que los ingleses se meten por la derecha, pensado que así podríamos adelantarles sin molestarles en su objetivo…craso error ya que se ve obligado a bajar desde una reu que hay montada en unos bloques y regresar al lugar donde le aseguro para luego acomodarnos lo mejor posible para esperar a que suban dos de los tres componentes de la cordada.
Por aquí no va a ser...
Mientras esperamos a que el primero suba, aparecen unos italianos que finalmente terminan por rapelar cansados de esperar.
Estamos en esta espera, cuando escuchamos caer un montón de piedras por la canal por la que hace un rato hemos subido nosotros, seguido de una gritos desgarradores de una mujer y unos lloros. Luego silencio.
Los italianos se acercan a la canal para ver lo que ha ocurrido.
Por lo visto bajaban dos de escalar el Gran Capucin y se les ha caído encima un montón de
piedras.
En cuestión de minutos aparece un helicoptero, deja a alguien en la canal, vuelve a pasar, deja a otro rescatador y pasa una tercera vez para recoger a la accidentada y llevarsela en el cable que la sube hasta el helicoptero que ya se dirije a Courmayeur.
Increible eficiencia que da una sensación añadida de seguridad en estas peculiares montaña.
Una vez han subido los dos componentes que parecen más experimentados, a pesar de la juventud del que escala de primero siempre y su falta de casco, el chaval que queda, un joven más bien tirando a grueso, del que se aprecia casi nula experiencia en escalada, pero que le pone un empeño brutal, le han dejado sus compañeros con un cordino y una escuetas explicaciones de cómo hacer un Prusik para subir por una cuerda fija.
¡Se masca la tragedia!Alberto, ducho en inglés, le explica como realizar las maniobras, ayudado por un pato que cuelga tras de si y que nunca a usado.
Los gritos de los compañeros dándole caña, parecen conseguir su objetivo y el chaval sube como puede el largo que resulta ser uno de los más difíciles de la vía (6a).
Alberto comienza a escalar cuando veo que el chaval ya lleva bastantes metros. Aun así le alcanza rápidamente y le toca esperar un buen rato a que el chaval consiga salir de los estrechos diedros.
Tras este largo, toca subir unas repisas inclinadas y fáciles hasta llegar a una gran chimenea improtegible hasta bastantes metros más arriba que Alberto se da sin mochila claro.
Aquí los ingleses deciden abandonar ya que su sistema de subir y las grandes mochilas que portan hacen imposible su paso por esta, así que bajan un poco y llegan al escape de la vía que sale a la derecha según la info que disponemos.
Yo, mientras me hago la chimenea con la pequeña mochila colgando de un cordino atado al arnés.
Tras este, quedan un par de largos hasta la cima así cambiamos el cabo de terror y me doy yo el primero, siendo un disfrutón y variado recorrido con una fisura desplomada en su mitad que resulta ser muy agradecida aunque exigente (6a).
Luego es Alberto quien se pasa al otro lado del terror y encabeza hasta la cima yendo por unos pasos aéreos y de bavaresa roma (6a+) que luego pensamos que no es de la vía en cuestión ya que salimos justo a la reu en vez de a la derecha como comentan los croquis ya que no hacemos ninguna expuesta travesía.
Esta si que la hemos disfrutado sin las malditas cargas a nuestra espalda tirando de nosotros.
Arriba alucinamos con ver en agujas cercanas a cordadas llegando a la vez que nosotros a las cimas de nuestros objetivos del día y no podemos evitar a pesar de fresco que corre aquí arriba hacerles unas fotos.
Tras varios rápeles volados y un enganche de cuerda, por el nudo del final, que solucionamos sin mucho problema…
Comenzamos el regreso al refugio a paso alpino ya que lo que antes había sido bajada ahora era subida.
Al llegar al refugio, tras cambiarnos de ropa y ponernos más cómodos, sin duda caen varias clásicas para celebrar el fin de fiesta, eso si a 6€ cada una.
3 AgoComo ya habían previsto las webs de meteo de Cahmonix, amanece con un buen marrón, con truenos viento y niebla super cerrada.
Tras pagar los 231€ por dos noches con desayuno y cena, 3 pintas un vin brulé, varias botellas de medio litro de agua (no vendían más grandes y el agua no es potable) y botecito de patatas fritas, nos disponemos a bajar a Chamonix, con la sorpresa de que el telecabina que cruza el glaciar del gigante esta cerrado y así permanecerá todo el día.
Nadie está fumando, es la niebla!
Nos planteamos dos opciones: Volver al refugio y que nos vuelvan a clavar o bajar por la parte Italiana que parecía abierta pagar la bajada, el autobús hasta Courmayeur y luego otro autobús hasta Chamonix que cruza el túnel del Mont Blanc.
No tardamos mucho en decidirnos por la bajar hacia Italia.
En el teleférico que nos baja nos encontramos con un famoso actor de comedia.
¿Lo reconocéis?
Ya abajo y tras un par de horas estamos de nuevo en Chamonix donde de nuevo coincidimos con los Riojanos esta vez al competo y con los que nos sorprendemos por las coincidencias que salen tras las largas conversaciones bajo el mal tiempo que reina durante todo el día.
Esa noche Albero había quedado con un par de amigos que andaban de viaje por la zona y con los que nos daríamos el clásico homenaje final con una buena comida, lo que teníamos previsto es que tan solo quedaba un sitio abierto en Chamonix para comer a las 22:50 de la noche, por lo que el lugar es algo más que fino, así que nos liamos la manta en la cabeza y nos desfogamos en una suculenta carne que te vas haciendo en un aplancha calentada por dos fuegos de alcohol…vamos, lo que se dice un hornillo de dos fuegos jejeje.
4AgoTras despedirnos de los Riojanos y prometer estar en contacto para una visita a sus tierras y otra a la Pedriza, nos montamos en el coche con la esperanza de que el reparto de peso metiendo los cacharros y las cuerdas en los equipajes de mano cuelen y no tengamos que pagar el sobrepeso de los 10kg.
Pero nuestra esperanza se ve truncada por las cuerdas y nos toca volver de nuevo a recorrer todo el aeropuerto medio corriendo para facturar las cuerdas, ya que no nos dejaban retroceder una puerta que era la frontera entre Suiza y Francia, con lo que tan solo hubiéramos bajado unas escaleras en vez del pateo que nos vemos obligados a darnos.
Próxima para: Puerta del Sur...Final de trayectoBattery low…battery low…¡Vaya, justo en la última foto!Parece que a mi “hija pequeña” se le han agotado las pilas, igual que a mi en este frenético viaje en el que descansar poco…pero satisfecho mucho.