Por alguna razón se me ha quedado grabada una escena del finde que quiero compartir con vosotros.
Fue cuando bajaba, a buen ritmo, del circo de Peñalara, por el marcado camino. En el nos cruzamos entre mucha y variopinta gente, a un señor con bastón y un atuendo que no recuerdo, pero su arrugada cara si...y muy claramente unas palabras de su boca:
-. Menudo ritmo lleváis eh?...yo ya no puedo llevar ese ritmo. Hasta luego!Estaba claro que sobrepasaba los 80años y ahí le tenías, solo por el monte, caminado poquito a poco hacia el circo.
A esa velocidad fácilmente podría llevar de 2 a 3 horas caminando para llegar hasta donde había llegado.
Lo más curioso de esta escena, fue lo que me hizo sentir este señor. Envida!
Miércoles 9:De nuevo la semana comienza con entrenamiento, esta vez la cosa va de petateos.
Como aun no hemos adquirido el dichoso petate, pues tiramos de una bolsa de deporte que tengo desde hace lo menos 15 años y que no uso.
El sitio que elegimos, son las Placas del Tranco, por su cercanía.
Alberto es el primero en probar en vivo lo que habíamos probado en casa antes.
La cosa es sencilla de montar pero muy cansado de usar.
Y eso que el cerdito no pesa más que unos 10 ó 12 kg.
Para subirlo usa un estribo y tira con el pie.
Luego me hago yo otra vía, en la que sufro un poco, por llevar mucho tiempo sin tocar adherencia (creo que 6a+) y monto el jaleo para luego usar el cuerpo para izarlo.
Este sistema reparte la carga en ambas piernas, pero acabas con los riñones machacados.
Tirar a pulso tampoco es una buena idea. Sobre todo si roza.
De este primer contacto con el petateo, aprendemos varias cosas:
- Que lo de Yosemite va ser sobre todo muy físico y que vamso a quemar energía de manera brutal con los petaeos y jumareos.
- Que el petate va acabar destrozado de tanto peelling con el granito.
- Que la cosa es muy lenta a pesar de lo rápido que podamos hacerlo.
Sábado 12Ya lo había advertido en la predicción semanal que hago, pero aun así nuestros diferentes compromisos, hacían que el sábado fuera el día para hacer prácticas los tres yosemiteros, en el que teníamos idea de probar, petaeo, jumareo y si se podía, hasta péndulos con el petate.
Las vías elegidas para estas practicas, la mezcla de Alaiz con la Loquillo.
Alfonso se trae un petate de la mili, que parece bastante resistente, pero hasta que que no lo arrastremos por la pared, no sabremos realmente lo resistente que es. Por otro lado no parece muy impermeable, así que esto nos genera ya unas cuantas dudas.
Alberto aun no tiene hecho el Diedro Loquillo, por lo que es el encargado de ir de primero en este largo.
Mientras le estoy haciendo unas fotos, veo que en el objetivo me caen unas gotas.
No me lo quiero creer, pero al mirar el petate que ya que ya está preparado con su cuerda a ser izado, compruebo que se está empezando a motear de oscuras manchas...tan oscuras como el marrón que tenemos ya encima.
En cuestión de segundos empieza a llover de manera brutal.
Saca el gel y aprovechamos mientras baja.En poco tiempo, el diedro se transforma en una auténtica cascada, con saltos de agua, que nos moja como en un Spa, ya que nos encontramos justo debajo para poder asegurar a Alberto que está arriba, en la reu, aguantando el chaparrón...nunca mejor dicho.
Tan fuerte no puede durar mucho.Cierran un poco el grifo y Alberto se pone en marcha para empezar a bajar. Decide rapelar.
Ya abajo empezamos a tirar de las cuerdas...y como no, se engancha el nudo.
Toca jumarear, pero como está en doble hay que hacerlo con los patos.
Alfonso decidido se ofrece a hacerlo.
Tras un sufrido ascenso por las cuerdas mojadas y unos cuantos resbalones por la aun cascada que cae por el diedro, consigue desatascarla.
Bajar desde aquí tiene su cosa si está tan mojada la roca, así que decidimos rapelar desde la reu que hay a la derecha del diedro y que ya he usado en otra ocasión, por lo que sé que es de 60m, justos, hasta la base de la
Manolín.
Según bajo voy escurriendo las cuerdas con el pato y el reverso y me voy empapando de nuevo hasta ya darme absolutamente igual lo mojado que estoy.
Poco rato después, aparece Alfonso y luego Alberto que sin mucha dilación comienza a tirar de las cuerdas.
Al ver que no puede, decido ayudarle...los dos tirando a machete y no se mueven ni un cm.
No pueden estar enganchadas...con qué, si todo es liso?Deducimos que puede ser por lo empapadas que están y que están tirados los dinámicos 60m, por lo que el rozamiento es tanto que no corren nada.
Toca subir jumareando de nuevo.
Esta vez es Alberto el que se engancha los patos al arnés y comienza a subir por la musgosa placa.
A la siguiente me toca a mi eh? que yo también quiero sufrir.Según baja nos asegura que no estaban enganchadas en ningún sitio...sorprendente!
Tras pasar ya por 5ª vez por las cuerdas, las hemos escurrido ya mucho y esto hace que ya no rocen tanto.
Por fin conseguimos recuperarlas.
Tras sendos bocatas acompañados de frescas
clásicas con un tiempo ya mejor, nos planteamos ir a Patones, a por lo menos quitarnos el mono de terpar. Allí tengo pendiente una cuenta, que hace años no pude si quiera acabar.
Soy consciente de que hace meses que no toco desplome y que no podré encadenarla por fuelle, pero ya que iba, me apetecía terminarla. Hablo de
Broun Sugar, un supuesto 6a+ que más bien es un 6b, técnico, poco intuitivo y con una mala caída en el chapaje del segundo techo. Razón por la que no lo hice en su momento, es decir por coco.
Allí nos encontramos a Chamorro, Alfredo, Javichu, Marina y más gente conocida, con los que medio quedamos para después en el bar.
Lo que no sabíamos era que la que nos esperaba en poco rato.
Alfonso pone las cintas en la vía y luego le doy yo, consigo llegar del tirón al primer techo, pero allí me tengo que parar, ya que no veo el paso nada claro. Lo pienso y lo saco.
Luego llega el segundo techo en el que me pasa lo mismo, el coco me funciona bien, pero el
A Vista fatal y no veo la secuencia, me peto absurdamente intentando hacerlo de varias maneras.
Al final, doy con la secuencia y la termino.
Luego Alberto la repite sin muchos problemas y decide darle de seguido a un 6b+ que hay a la derecha tras pasar otra vía.
Mientras Alberto la saca, a nuestras espaldas ya se acerca de nuevo el tormentón.
Unos chavales a nuestro lado nos aseguran que no lloverá.
Nuestras dudas tenemos, pero aciertan. No llueve, pero llega un viento huracanado que barre el cañón de arriba a abajo haciendo un ruido de película.
Alfonso decide darle de primero al 6b+ mientras le veo como le zarandea de lado a lado...aun así lo saca.
Desde arriba le veo que me grita algo, pero no le oigo...dudo, pero al final las ganas por trepar superan a la inclemencia de tiempo y levanto mi mano con dos dedos arriba, indicándole que iría de segundo.
Justo cuando empiezo es cuando el viento es más brutal y obliga a los allí presentes a guarecerse bajo el techo...yo no puedo, tengo que escalar antes de que este viento se transformase en lluvia.
A que nos mojamos otra vez?Tras unas risas viéndome quedarme varias veces sólo con las manos, ya que mis piernas se las lleva el viento, llego a la cadena y me bajan unos cuantos metros más para allá, debido a que el viento me arrastra.
Nos vamos, no?
Domingo 13Tras unos cuantos fallos o faltas, me encuentro en el aparcamiento de cotos, cargando la mochila y comenzando el camino hasta la placa Teresa, donde había quedado con Carol y su amigos.
Allí hay tropecientas personas, entre ellas un chaval que con muy malos humos casi nos chafa la escalada. Menos mal que el buen rollo reinante en la zona, consigue que la cosa se calme y no llegue a mayores, a pesar de la insistencia de este por pegarse con cualquiera.
Tienes cuerda?Somo 6 y sólo hay dos cuerdas...mal número para escalar, pero bueno para hacer fotos y así le dedico, como le había prometido una buena sesión de fotos a Carol, de las que os muestro algunas aquí.
De las vías que pruebo, encadeno todas, siendo los más difícil probado 6b...consensuado por muchos de los allí presentes.
Tras alimentarnos un poco con los plátanos que trae Carol, Julien, un chico francés que se casa en breve, se va por temas familiares. El resto; Juanan, Miguel, Julio, Carol y el que se pasa las horas pensando en Yosemite y sus interminables fisuras, tiramos a lo que se conoce como
el Cosaco, una de esas paredes que no hay nadie nunca, por aparentar ser dificiles.
Allí hacemos un Vº que hay la izquierda y que nos recomienda Juanan.
Después de solucionar el problema logístico de tener una cuerda de 65m y otro de 60m para los 5, subo yo de primero, hasta la reu, 35m más arriba y viéndome obligado a destrepar desde una pequeña repisa.
Con una de 70m se llega bien.
No hay más vías a la vista, por lo que a pesar de tener otra cuerda miramos como escala cada uno.
Tiene que haber algo más aquí...Decido bajar un poco y Julio me acompaña interesado por hacer también algo más.
Descubrimos tres chapas en la parte de abajo tras un marcado y sucio diedro.
A
pares o nones decidimos quien se la da de primero y es Julio el que se cuelga los cacharros, ya que desde abajo, por más que miramos no vemos más que esas tres chapas.
Disponemos de la cuerda de 60m, por lo que vamos con pies de plomo por si hay que destrepar por atrás al no llegar abajo. Llevamos cacharrería de sobra para montar una reu y subir yo de segundo hasta donde esté él.
Tras hacer la vía, que se protege muy bien y que no da más de Vº, le bajo hasta una vira a la izquierda donde ya le suelto y destrepa unos metros de IIIº.
Ya desde abajo, mientras le aseguro, he localizado a la derecha, una fisura finita que parece algo continua, así que decido darle por ese lado y luego, al bajar, recuperar el material de ambas vías.
Resulta ser de Vº y bastante sucio con musgo, algún bloque hueco y algo complejo de proteger, sobre todo por que me faltan algunos cacharros que están en la otra vía. ;)
Son las 17:00 cuando recogemos y tiramos al bar de cotos, donde la envidia puede conmigo y me apunto al bocadillo de esponjosa tortilla de media barra regada con una clásica.
Una hora después estoy en casita revisándo las fotos hechas y planeando ya la siguiente semana.