¡Por fin he conseguido mi primer 3mil!
Así me hubiera gustado comenzar este relato, pero tristemente "sólo" es otro intento más que, por otra "excusa", no se ha podido completar.
Esta vez la razón ha sido nuestra falta de entrenamiento...bueno, quizás no sólo eso, también el pensar que la aproximación era menos brutal.
Me explico, la actividad es, claramente para hacer en tres días, pasando dos noches arriba. Nosotros decidimos (intentar) hacerla en dos, pero eso es para recios y no para dos mindundis que llevaban mogollón de tiempo sin hacer nada de esta envergadura.
Pero pasemos a la aventura en sí, ahora que aun tengo frescos los recuerdos y "disfruto" de esa extraña pero conocida sensación depresiva, cuando vuelves a la rutina diaria.
Jueves 24
Son la 07:05 de mañana y cargo con la mochila, ya preparada del día anterior, con la que subiré al Aneto. Una sensación extraña en la rodilla operada al cargar esos 17 kilos a la espalda. Espero que aguante.
A las 08:16 estamos saliendo hacia la A-2.
5h de carretera sin complicaciones nos depositan en Benasque donde luce el sol pero corre un airecillo fresco que incluso se agradece.
Son 13:30 y decidimos tomar un bocadillo en vez de comer de menú para aligerar tiempo y salir cuanto antes.
A las 14:30 estamos en el Plan de Senarta. Media hora después, salimos por la pista que comienza allí, para no dejarla hasta llegar al refugio no guardado del Puente de Coronas.
Son 10km de pista en la que es imposible pasar el coche ya desde el principio debido a los neveros acumulados y a que en el camino te encuentras piedras del tamaño de ruedas de camión que impiden todo paso además de un par de árboles cruzados. Da la sensación de que están colocados adrede para que haya que pasar caminando.
El calor es agobiante y decido quitarme los pantalones y subir sólo con las mallas.
Llegamos a las 17:40 al refugio de Coronas, después de casi 3 horas de empinado pero poco complicado camino.
Nuestra idea es dormir lo más arriba posible antes de que la luz se acabe, así que no nos entretenemos y continuamos camino, por el, quizá, más expuesto y duro del recorrido.
Los hitos mandan y es lo que hay que seguir para no perderse.
Primero recorremos un corto tramo entre Pinos, con nieve blanda y profunda. Después llegas a un cartel en el que te indica las dos direcciones a tomar. Bien Coronas, la izquierda, o bien Llosás a la derecha, evidentemente tomamos a la izquierda.
Al poco rato comienza un pedregal en el que hay que estár muy atento ya que se combina con tramos de nieve y resbalar ahí, puede traducirse en el fin del viaje.
Después de este tramo de rocas sueltas que cruzamos medio en diagonal a la izquierda, llegamos a unos tramos empinados que cogemos por la derecha donde existen tramos con pequeñas plaquitas de hielo que nos obliga a ir muy atentos, al finalizar este tramo descompuesto llegamos al ibonet que se encuentra en una planicie y donde vemos varias tiendas montadas.
Mientras estiramos un poco y descargamos las mochilas de nuestros cansados cuerpos, se acerca un chaval a preguntarnos por donde se subía, la hora a la que teníamos pensado atacar y si se necesitaban raquetas.
Nos da la sensación de que damos un aspecto de saber muy bien lo que hacemos. Le comentamos que en realidad estamos igual que él y que desconocemos las condiciones. Lo que sí le podemos indicar es por donde se sube después de mirar el mapa. Él nos asegura que se levantará a las 4 de la mañana.
Son la 19:30, hemos tardado, desde el plan de Senarta donde nos vimos obligados a dejar el coche, 4 horas y media. Un buen tiempo para nuestra condición física y el peso de las pu.. mochilas.
La rodilla perfecta, aguantando como una campeona.
A la izquierda del Ibonet, cruzando el río, se encuentra la Cabaña de Coronas hecha con piedras y poco visible, ya que se mimetiza con el terreno.
Nos acercamos dudando de si habría espacio, dado que se veía gente a su alrededor.
Por suerte son sólo dos chavales. Lo justo, ya que la cabaña no da para más de 4 personas y apretaditas.
A mí me toca a lado de la entrada, donde no hay puerta, pero la noche es benévola y no hay viento ni apenas frío.
Nos acostamos a las 21:30 después de una opípara cena, de empanada, y salchichas (por mi parte).
Viernes 25
A las 3:00 de la mañana suena la primera alarma de mi reloj. No tardo mucho en ponerme en pié.
A pesar de sólo haber estado en el saco 5 horas en un estado de duerme vela, me siento que he descansado.
La luz de la luna llena nos recibe, recordándonos cuando hicimos el Almanzór hace ya algunos años en que también la luna llena nos acompañó todo el camino.
Desayunamos, hacemos de nuevo las mochilas, y dejamos escondido un depósito de cosas que no íbamos a subir, como el saco, algo de comida, el hornillo, gas, la funda vivac, etc.
El peso de la mochila sigue siendo alto, ya que lo que realmente pesa (cuerda y cacharros) siguen dentro estrujando nuestros trapecios.
Son las 04:40 cuando salimos hacia los Ibones. No nos hemos dado mucha prisa, pero sabemos que vamos con tiempo de sobra y el cielo está sólo con nubes planas y difuminadas.
No hace mucho frío, pero la nieve está perfecta. Ni muy dura ni muy blanda.
La luna es suficiente luz para caminar y mi compañero de cordada, no enciende su frontal, yo sí lo hago, no quiero pisar en un mal sitio y caerme.
Subimos por una pala de nieve que da unos 45 ó 50º en algunos tramos, ya con los crampones puestos, pero con los bastones.
La actividad del día anterior comienza ha hacer mella en mi cuerpo y tengo que pararme repetidas veces para descansar.
Debido a esos parones, enseguida somos alcanzados por otra cordada. Se trata de los chavales que han dormido con nosotros en la cabaña.
Andan más perdidos que nosotros ya que en el primer Ibón (el inferior) nos pregunta si es el Aneto eso que se ve.
-.No macho -Le digo- aún queda un poquito todavía.
Miramos los mapas que llevamos y finalmente decidimos tirar por la izquierda del Ibón pero no por la "cresta" como indican los hitos, sino por abajo.
Probablemente los hitos serán para el verano cuando el Ibón está descongelado.
Después de bordear el Ibón, giramos a la izquierda y luego subimos unas pequeñas pendientes hasta llegar, fianalmente, hasta el Ibón Medio, desde donde vemos por primera vez el aneto por su cara Oeste.
Los chavales tiran sin parase, ya que su objetivo es subir por el Collado Coronas.
Son la 08:00 y nos paramos para tomar una decisión.
A ojo y viendo a los chavales en la distancia, calculamos que nos quedan unas 2 horas más de camino, sumadas a las 2 horas (aprox) del corredor Estasen más la Aguja Daviu, eran 4 horas, más luego el descenso que se traducía en al menos 4 horas junto con otras dos desde la cima hasta donde estábamos, lo cual se traducía en 8 horas si todo iba bien.
Llevábamos desde las 3:00 de la mañana por lo tanto la suma total, si atacábamos el corredor se traducía en 13 horas de actividad.
Nuestros cuerpos no estaban para ese trote y la posibilidad de volver a dormir en la cabaña del Ibonet lo descartábamos, ya que descender del Ibonet y pasar por el pedregal con una tormenta de las del Prineo era considerablemete peligroso.
.-Pues para abajo.
Eran las 8:00 como he dicho y llegamos al coche la 13:30, en total serían unas 4 horas si quitamos los continuos parones para descansar y recoger el material del depósito.
La idea ahora era la de buscar un lugar donde pasar la noche y si se podía darse una duchita con agua caliente.
Bromeando mientras bajamos le comento que a mi compañero de cordada que le preguntemos a la camarera que nos vendió los bocadillos el jueves al llegar a Benasque, si nos deja dormir en su casa.
Cosas del destino, fuimos al mismo bar a comer otro bocata antes de buscar un lugar donde descasar y le preguntamos a la camarera, si conocía un lugar barato y sin muchas comodidades para pasar esta noche.
.-Si queréis y no encontráis nada de vuestro gusto, podéis veniros a mi casa. Es una casa muy grande y sólo vivo con mis mascotas...pero sin cobraros nada, claro...no os conozco de nada, pero si no encontráis algo de vuestro gusto, pues venís y me lo decís.
.-Esto, gracias, nos lo pensamos, eh? -Le contestamos boquiabiertos.
Llamamos por teléfono a nuestro común amigo que en su momento vivió en Madrid y ahora vive en Benasque, para quedar con él y preguntarle por un sitio para dormir, él muy amablemente nos ofrece su casa y pone a disposición su llave para que vayamos ahora.
Él, tiene que trabajar hasta tarde, primero en la pista de Cerler, luego en una gasolinera y finalmente en El Pájaro Loco, que es un albergue.
Nos echamos una siesta de una par de horas, los compañeros de piso (Argentinos los dos) nos hacen la cena y no nos dejan dar algo de comida para completarla. Muy majos.
Por la noche, quedamos con nuestro amigo y anfitrión, para que nos lleve a los garitos de moda, primero vamos al de los "Charlies" que es un Irlandés donde sólo van los de fuera, y luego vamos a otro en donde están sólo los locales, la diferencia es brutal.
A eso de las 3 de la mañana nos vamos a sobar, con el cuerpo y la vista alegrados.
Sábado 26 y Domingo 27Al día siguiente, con toda tranquilidad nos vamos a Zaragoza a la Escuela que hay en Morata de Jalón donde ya habíamos estado un par de veces y escalamos un poco por la tarde entre chaparrón y chaparrón y otro poco por la mañana hasta las 12:00.
Comemos algo y para Madrid.
Sin caravanas y después de dejar a mi compañero en su casa, llego a la mía eso de las 16:30 (hora antigua), me ducho, abro un cervecita fresquita y me tumbo en el sofá.