23 de marzo de 2022

EN EL UNIVERSO EQUIVOCADO (VÍA FELIZ ANIVERSARIO, PLACAS DEL HALCÓN, PEDRIZA)

Ahora que mis tiempos son más limitados toca escalar en zonas de corta aproximación y como no me gusta repetir, buscar vías que no haya escalado aun.

Yago me propone precisamente una vía en las Placas de Halcón que no recuerdo haber hecho. O al menos no la tenía reseñada en mi bitácora.

Mirando guías y croquis en la red descubro que varias de ese lado aun no las he escalado así que es bastante probable que repita en breve por allí cunado la meteo nos deje.
Y es que a pesar de las previsiones conseguimos escalar entre el húmedo musgo tras la lluvia de la noche anterior.

La vía propuesta Feliz Aniversario que en la mayoría de los sitios la gradúan con un 6a de grado máximo en su segundo largo. En estos sitos no he leído que todo son spits, incluso las reuniones.

El pie de vía

Ágiles, por aquello de darse prisa cuando aun hay tiempo, llegamos a la pared, nos preparamos y empezamos a escalar.

Yago en la primera reunión de la vía Feliz Aniversario

Yago es quién se encarga de este primer largo que al menos en apariencia se ve seco.
Cuando llega a la fisura descubre que se podría haber metido algún cacharro medianos que no llevamos.

Yo en el comienzo del primer largo esquivando humedades


Poco después estoy a su lado notando el viento en el lomo que se ha levantado y nos acompañará durante toda la vía.

Al menos secará la roca del todo.

Es el largo difícil de la vía y enseguida compruebo que es un “6a” apretado, Tanto que creo que es más bien 6b y además con caída fea sobre repisa. Acerar es sencillo ya que solo es un par de pasos.

Yo antes del paso clave del 2º largo 6b/A0


Tras este la roca está un poco húmeda y me obliga a ir con tiento a pesar de la sencillez del recorrido.
Según el croquis que finalmente hemos llevado de la red hay una reunión a la altura de la encina pero quién hizo el croquis debía estar en el universo equivocado porque no la encuentro y tiro directamente a la siguiente que está bajo una vertical bavaresa.

Ahora es Yago quien le da de primero y en este también se acuerda de los friends que no hemos traído y que podrían haber protegido el comienzo de la bavaresa antes del primer spit.

Yago en el paso clave del 3º largo


El viento hace que decida no quitarme la chaqueta de plumas cuando me toca escalar para llegar a la siguiente reunión.

El último largo es uno de los más bonitos de la vía aunque con un par de pasos raros arriba de esos que tienes la sensación de tener los agarres en el lado contrario…no sé si me explico.
Desde esa reunión queda un largo más con poca enjundia y decidimos rappelar desde aquí.

Yago volviendo a tirar las cuerdas por el tumbado recorrido


No hemos calculado los metros entre largos y arriesgo para ver si llego a la reunión de la bavaresa del tirón. Me quedo a 5m y me toca remontar cuerdas hasta la anterior.

Ya no tengo frio.

Desde aquí vamos a la de la bavaresa y desde esta hasta el suelo. Total 3 rappeles de unos 30/40m cada uno.

Como no hice foto de la pared aprovecho el croquis de un antiguo post en el que se ve la pared


Como nos queda media hora aun animo a Yago a darnos una de las vías de la derecha escalado solo el primer largo.
No sabemos cuando  vamos a volver ha escalar en roca así que hay que acallar al mono todo lo que se pueda.
 


7 de marzo de 2022

EL CELADOR ESCALADOR

Muchos que leéis esto ya sabéis de qué os vengo a hablar en este post.
Para los que no, os lo resumo en una frase: Me he vuelto a reinventar a mis 48 años…otra vez.
 
De hecho estas palabras las estoy tecleando tras levantarme después de hacer el turno de noche del nuevo trabajo.

Os cuento.

Soy de los que piensan que lo que se para se muere. Pensadlo un poco y entenderéis que esto no solo ocurre en nuestro planeta si no fuera de él.


En la situación que nos ha tocado vivir, muchos nos hemos visto abocados a tomar decisiones drásticas y en las que muchas veces solo ves vacío frente a ti. Decidir saltar sin más, cuando ves venir un enorme alud, sin saber donde vas a caer. La otra opción es quedarse en el bode del abismo esperando a que el alud te atrape y te destruya.


Arriesgarse o morir. No hay más.
 
No sé si lo recodareis pero en el peor momento de la pandemia, se pidió a la gente ayudar en hospitales como celador y mucha gente se presentó a primera fila entre ellos Pedro, compañero de profesión y escritor del diario de aquella experiencia que os recomiendo adquirir y leer. Yo pensé mucho en presentarme a filas pero dada mi situación familiar no pude apuntarme para luchar por la vida.


Mi profesión de guía, como la de muchas otras profesiones que requerían salir al exterior y/o trabajar con grupos se vio frenada en seco y las expectativas de volver a la famosa normalidad eran oscuras a corto plazo y a largo plazo difusas. Podía quedarme quieto y esperar o hacer algo. La primera, esperar, no era una opción.
 
Por ello me animé, durante esos meses de encierro, a planear el futuro cuando todo esto pasara y entre las muchas cosas que hice y me presenté me apunté a un curso de Celador Sanitario que incluía 100h de prácticas.
 
El curso fue rápido, las practicas no tanto. Fueron complejas de conseguir pero al final tras casi un año esperando y buscando las pude hacer en el hospital de HM Torrelodones. Poco después tuve la oportunidad de empezar a trabajar en otro hospital, haciendo suplencias y aquí me encuentro desde entonces.

No llevo mucho tiempo en ello pero ya sabéis lo que me gusta filosofar y en esta ocasión no es menos. Cuando trabajas de celador en un hospital ves de todo y también todas las fases de la vida en tan solo unas jornada. Transladas mujeres embarazadas, transladas bebés recién nacidos, transladas mucha gente enferma que se recupera, otra que no, y evidentemente “exitus”.

Esto me hace recordar que la vida es un regalo que hay que aprovecharla, y que la muerte es consecuencia de la vida. Por que la vida es eso que pasa entre el nacimiento y la muerte. VIVE AHORA Y NO DEJES NADA PARA DESPUÉS.
 
 
“Pero, ¿Entonces dejas lo de guía?”

Esta es la pregunta que muchos me hicieron al enterarse. La respuesta es sencilla: No lo dejo.
Seguiré guiando, dando cursos, formando y mostrando el maravilloso mundo de la escalada a quién me lo pida, mientras, sigo en la otra profesión, en la que también trabajo con gente aunque en una situación distinta pero en cierta forma similar ya que en ambas la gente está fuera de su zona de confort y precisan de un acompañamiento agradable, empático, paciente y comprensivo.