En el post anterior:
Luego al coche y a pensar en donde íbamos a comer, cenar y dormir, para el día siguiente escalar en las paredes de Thaurac. Estas que insultantes nos rodeaban, preguntándose por qué no las estábamos escalando.
Pero antes necesitábamos cargar la furgo de comida y mirar de nuevo la meteo por si la cosa había cambiado en las últimas horas.
De camino el mono nos puede y al ver una pared de piedras colocadas tipo conglomerado, no puedo evitar lanzarme a probar los divertidos pasos que ofrece.
Una vez transformados los planes en hechos, nos vamos de nuevo al pueblo que hay a los pies de Thaurac, para subir por la misma carretera (y de nuevo por dirección contraria) hasta donde se encuentra la atracción turística de lo que se conoce como la Grotte des Demoiselles.
1 ABR 11La soledad del lugar nos deja pasar una noche de lo más tranquila y nos levantamos algo tarde.
Aun así nos da tiempo a dar un paseo por la zona en búsqueda de las vías elegidas y plantearnos subirnos al carro de la Grotte.
Las paredes que nos rodean son espectaculares si llegar a ser descomunales, pero ya de lejos se ve que la calida de la misma es fantástica.
Tras unas pocas dudas, al final nos decantamos por un sector de iniciación para ver como venden aquí el grado, antes de meternos en algo más serio y con largos. Concretamente nos acercamos al Sector Benjé, donde nos “enfrentamos” a la temible graduación de 4a, 4b, 4c, etc
Según las referencia de las guías la cosa equivale a IV-, IVº y IV+…pero claro eso es la teoría y como la experiencia es un grado o dos, pues empezamos por un 4b, que descubrimos debe acercarse más al IV+/Vº.
Luego vamos subiendo hasta hacernos un 5b que hay que darle un apretón desplomado de V+/6a.
Con la lección aprendida, nos metemos en una vía de dos largos con el nombre del sector Benje y que gobierna en su inicio las telarañas polvorientas que indicaban la falta de uso de la misma.
Deducimos que al tratarse de una zona especialmente deportiva, una fisura de dos largos, con los seguros alejados y la recomendación de algún seguro intermedio no es lo que vienen a buscar la gente que se acerca por estos lares. Así que preparamos las dos cuerdas, algún cacharrín y mucho coco.
El primer largo es un 5c, (que resulta ser sobre el 6a+) con dos secciones claramente más complicadas: El inicio y el desplome con la rama.
La vía por lo general resulta complicada de adivinar sus secuencias, seguramente por la falta de costumbre a la caliza. Ello hace que me tenga que colgar en un par de pasos y acerar en una placa con mala caída e improtegible.
El siguiente largo, Vº/V+ muy mantenido y vertical, te deja un buen sabor de boca.
A mi es el que más me gusta. A Marga el anterior.
Satisfechos con la escalada, de nuevo volvemos a la furgo y a realizar tareas cotidianas como de nuevo comprar algo de comida.
Es lo que tiene no tener nevera eléctrica.
Esa noche toca además ducha, lo que no sabíamos es las consecuencias que nos iba a llevar la búsqueda de esa ducha.
Tras de nuevo luchas por salir e las obras de Montpellier y encontrarnos con peculiares tiendas sin complejos…
…nos vamos dirección al Sur para ir acercándonos a España y así reducir km.
Nuestra idea inicial es la de tirar de camping aprovechando la furgo, pero estamos fuera de temporada y los camping están cerrados habiendo tan solo alguno por zonas por donde no nos pillaba bien, así que tras la búsqueda infructuosa, decidimos tirar a una pensión/hotel asequible y limpio.
Finalmente tiramos a lo que se conoce como Palavas les Flots, que está en la costa en una zona de canales en un pueblo pesquero y a la vez turístico.
El precio de la zona es caro, pero no desistimos en nuestro intento.
Tras unas vueltas, Marga localiza uno que pensamos será caro por estar justo dando a un canal, pero resulta costar 50€ la doble, por lo que dadas las hora y el cansancio lo aceptamos a pesar de que le tipo que nos atiende se guarda el dinero en el bolsillo, que solicita por adelantado, y al pedirle ticket, nos dice que nos lo dará por la mañana… ¿?
Con estas subimos a la habitación cenamos, nos duchamos y nos bajamos confiados a tomar algo a eso de las doce, como buenos españoles.
“Sorprendidos” comprobamos que todo está chapado y lo que está abierto, en la puerta hay chicas, que nos informan que no son prostitutas…
Lo único que está abierto es el Casio, así que probamos suerte y a pesar de las pintas que llevamos, nos dejan pasar.
Ya con la copa en la mano y en el estómago, nos vamos al hotel donde para entrar el tipo nos ha dado un código que…no funciona!
Nos hemos dejado los móviles cargando en la habitación, pero por suerte tenemos las llaves de la furgo.
Pero antes hay que agotar posibilidades.
Nos vamos al Casino de nuevo y el maromo de la puerta, al contarle el problema, nos llama, desde su teléfono, al número que hay en la puerta del hotel y que hemos memorizado. No contesta nadie y sale un contestador :(
Empezamos a mosquearnos con la situación y nos cabreamos por lo ingenuos que hemos sido.
Aún así decidimos volver al hotel y “quemar” el timbre llamando.
Estamos en estas cuando vemos de lejos que la luz automática de la entrada se acaba de apagar. Sabemos que dura apenas unos segundos, así que deducimos que alguien acaba de salir o entrar.
¡¡¡Enggggggggg….!!!De repente sale el tipo con un careto de cabreo del flipar, le contamos que el código no funciona y nos asegura que no es ese, que nos lo había apuntado en una tarjeta (la dejamos en la habitación) y que era otro.
Marga flipa ya que lo había memorizado antes, pero la abrumadora seguridad del tipo nos hace dudar.
Al llegar a la habitación descubrimos que el código nos lo había apuntado mal…nos reprimimos de bajar de nuevo para enseñarle su error y nos vamos a dormir contentos de que solo hubiera sido un susto y una confusión.
2 ABR 11Tras desayunar y aprovechar la ducha de nuevo, nos bajamos para darle la llave al recepcionista y la tarjeta con el código erróneo apuntado…le falta ponerse de rodillas.
Atraídos por el imán de Montpelier, volvemos a la ciudad para cambiar una prenda de Marga en la tienda esa que toda mujer gustaría de pasar muchas horas probándose vestidos al más puro estilo del Oeste y de paso probar algunas “delicatesen” de los puestos.
Luego, raudos como gacelas, nos montamos en la furgo y carretera y manta hasta llegar a nuestro siguiente destino: Margalef. Donde habíamos quedado con Asun y Carlos para cenar, en el hostal-restaurante Los Tres Pinos…creo que ahora le han cambiado el nombre y no sé muy bien por qué.
Allí como es habitual con ellos, nos lo pasamos genial de risas, contando nuestras aventuras de los últimos días y cerrando el bar.
Luego nos subimos hasta arriba del todo para dormir, donde tan solo hay un CB de polacos con un montón de tiendas espacidas.
3 ABR11Desayunamos mientras planeamos la mañana para ser aprovechada ya que en nuestro caso aun nos quedaban unas pocas horas para llegar a Madrid luego, por lo que vamos al sector que estuvieron ayer ellos pero a otras vía que hay a la izquerda.
Estamos en estas, cuando Carlos no informa que tiene un cartucho que parece se le está perdiendo por un borde.
Lo dejamos separado de nosotros mientras terminamos de recoger para ver si se gasta, pero el agujero es fino y la cosa no deja de salir.
Decidimos bajarlo con nosotros.
Tras decidir el mejor lugar para transportarlo, al final lo cuelgan del retrovisor izquierdo del su coche.
- ¿Oye y si vemos la Ermita?- Vale.- Pues apartaos que voy a cerrar el coche con el mando a distancia…Esto es lo que podía haber ocurrido, pero no fue así ;)
Tranquilos, estamos todos bien :D
Tras la corta visita, nos vamos al sector elegido, cuyo nombre no recuerdo.
El sector está como en una boardilla sobre la carretera y otro desplomado sector.
La peculiaridad de este muro al que vamos es que las primeras chapas están muy altas y con una mala caída que te deja en la carretera en dos botes y si no te matas, luego pasa un camión por encima para que no haya heridos…
No aparece nadie en toda la mañana y disfrutamos (cada uno a su manera) de la nublada pero calurosa mañana, llegando a probar hasta 6b.
Luego, comida rápida en el bar del pueblo.
Botellita de aceite del caro y camino a Zaragoza.
Donde nos hacemos una parada con fundamento en lo que se conoce como
El Tubo.
Allí descubrimos las dos caras de una misma moneda.
Un sitio poco recomendable por varios motivos:
Y otro donde recomiendo encarecidamente ir, llamado
La Pilara.
Tras el refrigerio, del tirón hasta Madrid, con la sensación de haber aprovechado el tiempo en inmejorable, preciada y preciosa compañía.