Como un árbol creciendo en mi interior, donde sus ramas van invadiendo mis extremidades, luchando por llegar hasta manos y pies, consiguiendo que estas respondan con impulsos, intentado aferrarse a roca…siento así las ganas de escalar.
Esta sensación crece según voy restando o sumando kilómetros a la furgo, en dirección al Sur de España, concretamente a Granada, para ver y escalar con Andrés, mi mentor, del que hacía muchísimos años no coincidíamos. Tantos como 8!!!
Miércoles 17
Tras un más corto camino del que me esperaba llego a casi el punto de encuentro, donde Andrés no estaba.
Tras una llamada confirmo con él una hora más tarde ya que al parecer está terminando la comida de empresa y el último día de trabajo.
Tras recogerle y pasar por su casa, donde ya dejamos todo preparado para el día siguiente, nos vamos a casa de su Ex donde pasaríamos el resto de los días al estar vacía.
Desde allí las vistas me dejan tan alucinado como el frío que hace en la misma.
Granada, entre otras cosas tiene la característica de tener cachondeo y fiesta cualquier día de la semana, como por ejemplo un miércoles…
Nos dan las tantas de la mañana, visitando diferentes garitos, hasta que llegamos a uno que llaman
La Estrella, donde a la entrada nos comentan que están de “Bolo”.
Momento mágico pues el que recibo en mi primera noche en Granada, donde dentro se han arrancado por bulerías y la chica gitana canta desgarradoramente, mientras es acompañada por una fantástica guitarra y un rítmico cajón.
Jueves 18Amanece en la habitación que duermo antes de lo previsto ya que las ventanas tienen cierres de madera y la luz inunda la habitación casi al mismo tiempo que el amanecer.
Son las 09:00 cuando empezamos a movernos. Hay que hacer muchas cosas antes de escalar y esto es Andalucía, lugar sin prisas como aprendí hace ya tiempo, no sé si heredada forma de ser de los moriscos, pero aquí la gente no corre.
Tras recoger al perro de Andrés, nos vamos a la tienda de un amigo suyo para equiparse de algo de material, ya que según asegura, aun usa los gatos de hace 10 años y es un buen momento para comprar otros.
Sin duda le recomiendo los Miura.
Tras las compras, nos vamos ya a Monachil, donde está la famosa escuela de Cahorros. También allí y de camino a las paredes, tiene Andrés a un amigo bombero (o casi), Rober, que escala y que vive en una especie de cortijo hecho por él.
Nos confiesa que ha salido la noche anterior y no tiene cuerpo para trepar, pero recomienda una vía de 4 largos llamada
Buscando Sangre y cotada de 6a+ (Grado Cahorros) en el Sector Eras.
La guía (la primera edición) que llevamos no nos sirve de mucho, ya que el recorrido dibujado, más que aclarar nos hace dudar y nos fiamos mejor de las recomendaciones de Rober, que nos asegura una bonita escalada.
El acceso es algo increíble, con varios puentes colgantes, que nos obliga a pasar con delicadeza por sus tablones helados.
Tras unos minutos de camino por verde y fresco paraje, por fin divisamos nuestra soleada pared, más escarpada de lo que pensábamos.
Andrés lleva tiempo sin escalar y me ofrece hacerme todos los largos de primero y si ve alguno sencillo le daría.
Tras dejar a Chiro (el perro) atado cuidado las mochilas, nos cargamos con cintas Express, los fisus, unos pocos Aliens y el nº1 y 0,5 de Camalot por si acaso.
Son las 15:00 cuando me encaro a la pared y echo las manos a mi espalda buscando la magnesera.
Gracias a las indicaciones de Rober, encontramos el pie de vía, marcado por un comienzo algo desplomado en un muro naranja que da paso a otro muro gris.
Recorrido aprox. vía Buscando Sangre, Sector Eras de Cahorros Compruebo sorprendido lo cerca que están entre si las tres vías que hay en este comienzo y más sorprendido me quedo con los pasos de entrada que más bien son de 6a+…pero claro esto es Cahorros y aquí el grado es algo especial, por lo que si pone V+, es muuucho más.
Tras esta placa, llega la primera reu.
El sol parece querer evitarnos y al poco de llegar a la primera reu se sube unos metros por encima de mi, dejándome a la fresca sombra.
La falta de práctica se nota en Andrés y se ve obligado a descansar tras los primeros pasos atléticos de la entrada.
Aun así lucha con ganas para llegar cuanto antes.
El segundo largo parece más sencillo pero no lo es, guarda una sorpresa en forma de dificultad.
Primero un techito donde me cuelgo para ver como hacerlo y luego una placa de agarre lateral y de salir rápido, que saco sin pensármelo mucho.(6b/6b+)
Andrés se ve obligado a pedalear para poder superarlo ya que los pasos son muy exigentes y los seguros justos, con poca posibilidad de acerar con tan solo agarrarte a ellos.
El 4º largo lo empalmo con este último al ser de tan solo 10m, siendo V+.
Aquí puedes hacer reu a la derecha en una repisa de hierva, o colgado(como lo hice yo) en la placa de salida a la travesía.
El sol ya ofrece luces rojas que empiezan a calentar mucho menos, aunque no lo ha hecho lo suficiente en todo el recorrido.
Tengo que darme prisa si quiero que salgamos de día de la pared.Ataco la travesía alucinando con la exposición y los pasos tan técnicos que encuentro en cada movimiento, hasta que por fin llego al techo donde los agarres se hacen más generosos y la travesía mucho más pronunciada y vertical.
Unos pasos aéreos buscando agarres planos y pies nulos, al fin me dejan en un diedro gobernado por paredes desplomadas.
Observo lo que me rodea y veo que el diedro parece sencillo, pero no tengo más que un nº 1 y un 0,5 de Camalot, inútiles para la anchura de las fisuras que veo desde abajo.
Por las dos chapas que afloran por el desplomado espolón izquierdo, deduzco que la vía sale por ahí.
Comienzo a subir tras chapar la primera y compruebo que la cuerda me va a tirar demasiado en el desplome, por lo que descarto continuar y montó una reu con el nº1 , usando la chapa como otro punto seguro.
Tengo que estar colgado y con las piernas en cada pared del diedro, por lo que es algo incómodo manejarse para montar la reu que además he redireccionado para recoger cuerda más cómodamente.
Estoy en estas caundo entre el jaléo, se me escurre uno de los mosquetones de seguridad de los dedos….Lo veo caer sin poder hacer nada. Curiosamente el diedro lo hace rebotar en dirección a donde está Andrés, más abajo, muy a la izquierda…y lo pillla!!!
Andrés alucia preguntándome como he hecho ciertos pasos antes del techo. Yo, para animarle, le informo que bajo el techo es mucho más sencillo.
Mientras negocia con cada metro, observo que el sol se nos va y poco puedo hacer para evitarlo.
Teníamos que haber empezado antes…Cuando el sol está apunto de regalarnos sus últimos rayos, Andrés llega al techo y comienza los últimos y expuestos metros hasta que de repente, cuando creo que lo va a conseguir si caerse…Grita ¡¡¡Pillaaaaaaa!!!
Andrés cae directamente sobre la reu que tenía montada, corriendo sábiamente por la pared a la derecha, sin consecuencias alguna. Sólo un gran subidón de adrenalina ;)
Sin mucha dilación, ya que el sol ya no estaba y el frío emperezaba a hacer acto de presencia con más intensidad, me cuelgo los pocos seguros que Andrés había recogido y ataco rápidamente los desplomados paso finales de roca coral, dejándole a Andrés alargues por si los necesita en la segunda chapa. (6a+)
Al salir a la cima, me recibe un viento helador en la cara que hace agacharme un segundo como para prepararme mentalmente para estar allí arriba un rato.
Pasados unos minutos, Andrés sale por arriba y tras recoger cuerdas, casi corremos por las laderas cimeras para volver a pie de vía aun con cierta claridad, recoger a Chiro, las mochilas y volver al coche, no sin antes pasar a ver a Rober y comernos unas castañas asadas, al calor de la chimenea, en su curiosamente acogedora casa.
De vuelta a Granada capitál, ya le comento a Andrés que creo que estoy incubando algo y el aire de la cima no ha sido lo mejor para ello.
Aun así la noche es de salir y tras una ducha, nos arreglamos y tiramos en busca de más amigos y amigas de Andres, para darnos las tantas.
Viernes 19Amanece a las 11:30 y me levanto solo para decirle a Andrés que estoy fatal. Dolor de cabeza, temblores por la fibre…malestar general y que me quedo en casa metido en cama y que éll aproveche para hacer las cosas de curro que le quedan, así que paso el día en la cama, hasta la noche, inflándome a paracetamol.
Sábado 20El día amanece con una temperatura fantástica y me siento algo mejor,...
...por lo que decido que puedo escalar y nos animamos a ir a Motril, donde está la escuela de Los Vados. Una escuela donde increíbles paredones rodean la carretera.
Una lastima no estar en condiciones, para habernos planteado alguna de estas paredes que nos rodean y que ofrecen a gritos espectaculares recorridos.
Nos conformamos con hacer deportiva en el sector carretera junto a unas “muchachas” alemanas, únicas personas que nos encontramos escalando en ambas escuelas visitadas.
Nos hacemos 4 vías hasta que el sol empieza a perderse en el horizonte, de nuevo, bajando las tempes y en mis condiciones como que mejor huir de la fresca sombra.
De nuevo la guía hierra y no nos sirve de mucho. Tampoco los grados que alguien a pintado en los pies de vía con pintura de color plata, son referencia ya que no corresponde al grado que luego ofrecen, por lo tanto escalamos
A Vista. El 6b no lo encadeno al ser de paso y no tener fuerzas para darle de continuo.
Estamos al lado de Salobreña, un precioso pueblo y que me trae recuerdos de mi infancia, cuando pasábamos los veranos de mes entero en la playa. Bajamos a verlo.
Tendría 5 años cuando vine por primera vez.
Esa noche no salimos, ya que mi gripe no parece mejorar y me esperaban 5horas de vuelta conduciendo ya que Andrés aun no se ha sacado el carnet de conducir.
Ya en casa y mientras escribo esta Historia de montaña, hago balance del viaje…
Aparte de la gripe que no me ha dejado disfrutar a tope de todo lo que me ofrecía la ciudad con un inmejorable guía como Andrés, hay cuatro cosas que se me han quedado grabadas de esta cosmopolita ciudad, que he visitado por primera vez en (casi) invierno:
1. La cantidad de gente que hay viviendo allí y que no es de Granada.
2. El frío que viene de la Sierra.
3. La falta de aparcamiento y el ingenio para encontrarlo.
4. La increíble cantidad de mujeres guapas que hay por todos lados.
Resumiendo: Un buen viaje!