SOLO
Después de una hora y media de espera me hacen pasar a consulta, el ciru me pregunta “que tal” y yo me bloqueo debido aque estoy en plena digestión y mis palabras se apelotonan de manera absurda en mi boca. Pero más absurdo suena, cuando a mitad de conversación, el ciru me hace la pregunta.
.- ...a ver, espera un momento, pero ¿Ya te he operado?
.-¿Qué,...como dice?
Increíble.
Después de centrarse vuelvo a contarle mis dolencias.
El bloqueo de rodilla por la parte contraria al “recorte” me dice que es normal y que es debido a que se ha dejado un hueco entre el fémur y la tibia que ahora el cuerpo a de rellenar recolocándose para ello.
.-De acuerdo, ¿Y de cuánto menisco estamos hablando?
Saca un boli y me hace un dibujito en forma de haba en la que raya la parte interna señalando el trozasco que ha recortado.
.-¿Todo eso? Entonces ahora está tocando el fémur con la tibia.
.-Claro, eso es.
.-¡Menuda chapuza! ¿Y te pagan por eso? tenía que haber dicho, pero me callo y asiento con la cabeza asombrado por su seguridad y amplia sonrisa.
Vamos, que había cortado por lo sano como se hacía en la primera guerra mundial cuando se detectaba gangrena en una herida.
¡Menudo avance!
.-¿Y que tengo que hacer ahora?
.-Pues entrenar más duro y en mes y medio, si todo va bien, podrás volver a practicar tú deporte como antes.
.-¿Entonces estoy de alta?
.-De alta de alta, no, aun no. Vamos a ir viendo como va la cosa ¿He?
Más ambiguo imposible.
.-¿Rehabilitación? No, ahora tu solito ¿He?