VÍAS POLIVALIENTES (OESTE AL PÁJARO Y/O PEÑALARA)
Al final todo encaja como un puzzle sideral, como diría el Gran Wayoming, y es que una vez más me reafirmo en que nada pasa porqué sí, siendo todo por alguna razón. Lo difícil es pillarle el truco, la gracia o lo que sea esto del destino, no pasivo.
Domingo 31:
Estoy haciendo fotos a Asun y la Eva, mientras escalan en la Pared de Zabala de Peñalara, con unos preciosos fondos, cuando decido bajar la cámara y observar el conjunto que se expande ante mis ojos.
Ello consigue que una sensación enlace otra, que hace que me lleve a un recuerdo y me evada por un momento, volviendo al día anterior cuando observaba a Sergio luchar el largo de 6c de la Oeste al Pájaro.
Sábado 30:
Tras varios findes intentando quedar de nuevo, por fin este los astros se han alineado y todo fluye de la manera más natural posible.
Por hacerlo diferente pero similar, nos planteamos sacarlo en libre y hacer los largos como nos tocó en el anterior intento. Primero él y luego yo, de esta manera a él le tocaría el técnico largo de 6c y a mi de nuevo el de la Diedro/Chimenea/OW/madremíaqueesesto.
No le veo desde la reu, ya que de nuevo la he hecho en donde la otra vez, pero aun así le oigo resoplar, y es que a pesar de que sus primeros metros no son excesivamente difíciles, te hace mantener la tensión de brazos y piernas continuamente, resultando un largo exigente, con lo más difícil al final, que Sergio resuelve tras un vuelo, usando la técnica de empotrar antebrazo.
Tras llegar a su lado, resoplando por el esfuerzo, damos un buen trago de agua e intercambiamos los cabos del miedo junto a la organización del material, mientras recupero el resuello para enfrentarme a los 50m del diedro/OW.
Gracias a Sergio y su oferta de quedarse con mis zapatillas, me noto más ligero cuando empiezo a escalar (esta vez en diedro desde el inicio) ya que los dos nº4, nº5 y nosecuantos cacharros medianos más, hacían que mi arnés luchase por bajar de mi cadera.
Los movimientos son claros. Evidentes en sus primeros metros, concretamente en los 5 ó 6, justo donde la otra vez me quedé encajado por la pájara que me dió. Esta vez me siento fuerte, física y mentalmente, lo cual hace que hasta esa altura no me pare. Momento en el que me recoloco para poner el nº5 que queda “bien”, pero algo más grande habría quedado mejor.
Vuelvo a salir al diedro tras movimientos delicados de oposición, jugando con el peso y el equilibrio.
Continuo y llego a una parte en la que veo los pasos son más delicados ya que los resaltes laterales no son tan evidentes, por lo que decido desprenderme de uno de los nº4 que visualizo en un lugar justo tras donde la fisura se abre de nuevo formando una curva hacia la derecha.
De nuevo la misma recolocación, esta vez con la seguridad del nº5 de más abajo.
Tras poner este me veo obligado a pararme a descansar, ya que entrar en la fisura y volver a salir requiere de bastante esfuerzo.
Sé que tras estos pasos la cosa relaja bastante ya que se llega a una piedra encajada, así que con lo ánimos de Sergio y la cabezonería que me caracteriza, salgo de nuevo y vuelvo a los aéreos pasos de diedro, que lejos de ser difíciles, requieren de un coco muy controlado ya que la sensación es brutal.
Tras lacear la piedra, pasas por un arbolito y la fisura se estrecha y vuelve más simétrica, no obstante aun queda la mitad.
Justo donde empieza a empinarse de nuevo, meto otro cacharro, creo que un nº3 y vuelvo a los pasos de diedro, que te obligan a separarte aun más de la “esquina”, dado que se vuelve menos abierta, reduciendo en grados su apertura, consiguiendo aun más sensación aérea.
Estos metros que siguen son muy similares. Pones un pie arriba, luego una mano y luego el otro pie. Hasta que en un momento dado veo que los metros que me separa del nº3 ya son unos cuantos y decido poner otro seguro, el problema es conseguir llegar a la fisura.
Analizo la situación y lo veo claro. Si quiero proteger me tengo que tirar al interior de la fisura y encajarme como fisurero…
-.Cómo vas a hacer eso? Es muy peligroso… – Suena en mi cabeza.
No espero a que mi coco de una respuesta…sencillamente lo hago.
No me preguntes como, pero consigo acertar a meter el brazo y la pierna izquierda dentro y bloquearla para que tan solo me caiga un metro arrastrando por la fisura hasta que me paro por hacer presión con esta.
-. ¡¡¡Estas bien!!! – Me dice Sergio desde arriba al ver lo que he hecho.
-. Si, si…es que…tenía que hacerlo.
Pongo un nº 2 en el fondo de la fisura donde se estrecha y reviso heridas. Tan solo el tobillo ha recibido un raspón.
La adrenalina sale de todos los poros de mi piel y hace que en poco tiempo llegue al ojo de buey.
Según el croquis de Uge se puede pasar por encima y según el croquis de la Biblia por el mismo ojo de buey que es una chimenea en la que sales por una especia de ojal de botón, en la que sabrás si estas delgado o no. Olvida la mochila si quieres pasar por aquí.
Desde el friend abandonado (dos hay en la vía) saco los croquis para decidirme.
Tras unas pocas dudas, decido darle por el ojo de buey, saliendo unos movimientos realmente bonitos y de nuevo súper aéreos.
Luego, placa sin seguros (Vº) y sin posibilidad de proteger a no ser que lleves otro nº5, cosa que no, hasta la reu de parabolts.
Recojo la poca cuerda que queda y aviso a Sergio de que puede subir.
Le oigo mientras sube aunque no le veo mientras flipa con la movida que es proteger la vía cada vez que tienes que salir del diedro y meterte dentro.
Estamos en estas cuando noto extrañado que los pelos de los brazos se me erizan, señal inequívoca de tormenta eléctrica
Estábamos tan sumidos en la vía que no nos hemos percatado que estamos rodeados de grandes nubes que se desarrollan a toda velocidad.
Cuando Sergio llega a la reu unas gotas y el sonido de los truenos a nuestro rededor, hacen que metamos el turbo para salir de los dos últimos largos como alma que lleva el diablo.
Este que sigue resulta ser de V+/6a y tiene tres chapas en su primer tramo.
Te deja en el cuello del pájaro que da a un último largo de transición de Vº, sin seguros que hago casi sin pararme, dando solo tiempo a cambiar el Reverso de posición.
Poco rato después estamos ya tirando de las cuerdas y decidiendo con ya algunas gotas golpeando en nuestros cascos.
¿Por donde bajamos?
Yo conozco la bajada por la canal izquierda de las otras veces que he escalado en el Pájaro y sé que si llueve puede ser algo más que peligroso en sus dos pasos delicados.
Gapo en piedra y que decida la suerte.
Sale por la canal.
Dudosos y deseando que no caiga el tormentón, nos adrentramos en ella.
La suerte estaba de nuestro lado. Alguien había puesto recientemente un cordino para rapelar en un puente de roca.
Cuando llegamos a pie de vía de nuevo, el sol vuelve a atacar y las nubes o la lluvia dejan de ser amenaza.
Domingo 31:
¿Está lloviendo?
El viento hace que, la cascada que se forma en el comienzo de la Pared de Zabala, empuje el agua hasta conseguir mojarte si estás cerca de ella.
Esas gotas en mi espalda hacen que vuelva y vea que ya están abajo las chicas.
¿Quién me asegura?
Ya bajando al coche, mientras mantengo animada conversación con Carlos, sobre los compañeros de cordada, nos cruzamos nada más y nada menos que con César Perez de Tudela, precisamente uno de los aperturista de la vía Peñalara a la Oeste del Pájaro.
Peñalara? Qué casualidad no?
Al llegar al bar, a por el premio de la clásica, también otra casualidad. Me encuentro con Alex, con el que he mantenido intercambios del comentarios desde hace tiempo y que por fin pongo cara.
Un saludo Alex! Y perdona la confusión ;)