48 (CUMPLEAÑOS)
Esta nueva vuelta al sol ha sido errática, sin rumbo, deshubicada. Una año en el que como imagino, muchos se han planteado cambiar de profesión o al menos añadir otros quehaceres para poder despegar de nuevo.
Siempre he pensado que como ocurre en la naturaleza, quién sobrevive no es el que se queja y no hace nada para que cambie. Sobrevive quien se adapta al cambio y evoluciona. Y yo en ello ando. Cambiando sí, pero con la misma esencia.
Y es que por si no lo sabes, y sino ya te lo cuento yo, cuanto mayor te haces mayor es el tiempo que necesitas de recuperación. Por suerte esto solo es a nivel físico tras el ejercicio intenso. En otros aspectos, por aquello de la experiencia, te recuperas antes.
Otra cosa que pasa es que tu mente tarda mucho más en darse cuenta de lo mayor que se hace el cuerpo.
También los amigos y amigas que te rodean se hacen mayores y ver como eso ocurre también te afecta.
Cuando eres “joven” (sin querer definir eso) no piensas en ciertas cosas. Al menos tan concretamente.
Según las actuales estadísticas. En España la esperanza de vida está sobre los 80 años. Eso hace que ahora mismo esté sobre la mitad de mi vida.
A mejor ya no voy a ir, eso hay que asumirlo, al menos a nivel físico. También hay que asumir que lo que antes hacía ya no podré hacerlo a ese nivel y de eso el cuerpo se encarga rápidamente de avisármelo si se me olvida.
La realidad es que lo importante es seguir en la brecha, aumentando el espacio entre cada “paliza” pero no dejar que el cuerpo se relaje más que para coger carrerilla y volver a por la siguiente batalla. Y con batalla me refiero sobre todo a la interna. Esa que cada uno libra cuando está solo con su esfuerzo y su mente diciéndote que no puedes mientras tu le llevas la contraria en cada movimiento.