SI AMANECE Y VES...QUE ESTOY VOLANDO

De nuevo volvemos a las andadas y mezclamos la fiesta con el treprar.


Esta vez ha sido por la celebración de dos cumples en el grupo La Gran Excusa (Isa y Javier) y la nueva casa de Paz, lugar donde se celebró.


La cosa se debió alargar hasta altas horas de la noche, pero algunos de los allí presentes (entre ellos yo) se habían planteado salir a trepar al día siguiente, sabiendo que daban sol.
Asi que a eso de la 01:30, estaba yendome a casita.

La hora de quedar? tarde, a eso de las 11:00, ya que el día antes, la lluvia había estado presente todo el rato y había que dejar que el sol trabajar en su mejor cometido, calentar y secar la roca.

Llego a Manzanares a eso de las 10:50 y recibo un mensaje de que se retrasan.

Dan las 11:30 cuando llegan y lego un poco más para comprar, por lo que no estamos en el sitio elegido hasta casi la 13:00.

Por su orientación, por su cercanía y por las vías que allí hay decidimos tirar para lo que algunos llaman el Alcornocal, donde se encuentra el polémico sector, Miguel Ángel Blanco, donde ya tengo algunas visitas.
No se trata de un sector de iniciación ya que lo que más predomnia es el 6b+.

Al final nos juntamos Victor el Uruguayo, Merche, Asun y yo, por lo que somos numero par, perfecto.

Nada más llegar compruebo que la mayoría de las vías estan mojadas, no por que el sol, no calentase lo suficiente, sino por que caían verdaderas cascadas por algunas vías.


Ya en la base, nos encontramos con Felix, que conocimos en Galayos hace ya unos meses con el que entablamos conversación y compartimos material e info en la vías.

Yo hago cordada con Asun.


Después de calentar en unos 6as y unos Vº, que hay a la izquierda, les llevo a un 6b que hay un poco más a la derecha, para plantearselo como proyecto.
Victor lo prueba primero,...
...pero sus "gatos" no son lo suficientemente adherentes para esta vía.


Promete escalar la próxima vez con ellos.

Luego me la doy yo, para que vean como va, ya que esta vía la he hecho ya varía veces y sé por donde cojea.


Luego, Merche, animada por mi, le da un tiento...


...y vuela.


Y vuelve a volar.


Hasta que ya sus brazos no dan más de sí y decidimos que la suba yo de nuevo, para desequiparla, antes de que anochezca.

Luego, cervecita de rigor en el bar de siempre conversaciones profundas sobre el destino y las decisiones que tomamos y cambian nuestras vidas... y finalmente para casa.