AMOLDE (CORREDORES DE SIETE PICOS, CERCEDILLA)

El ser humano actual intenta modificar el medio para que este se amolde a sus necesidades, no como antes, que lo que hacía era emigrar como lo hacen aun los animales que nos rodean para poder seguir alimentándose de lo que escasea en el lugar dónde están.
En el caso de los escaladores unos, en un momento dado, emigran buscando roca caliente y otros se amoldan a lo que tienen más cerca y asequible.

2MAR13
Los avisos por riesgo de alud de nivel 4 que se escuchaban por todas partes confirmaba que Peñalara no era sitio para ir este finde así que Ori y yo nos decantamos por una actividad que le tenía ganas dese hace tiempo y que nos ayudaría la reciente guía que he comentado en el blog.

Según esta guía recomienda hacer la aproximación desde el Puerto de Navacerrada, aunque nos surgen las dudas por la reciente nieve caída valorando tirar desde Camorritos a pesar de que esto conlleva un descenso más largo.
Finalmente nos decidimos a ir por la poco transitada Senda Herreros que pasa por debajo de los Siete Picos y sale desde Collado Ventoso pasada la pista de esquí del Telegrafo.

Son las 08:30 cuando estamos comenzando el camino subiendo por uno de los laterales de la pista de esquí que está a punto de abrir.

El día es espectacular: Sin viento, sin nubes y con una temperatura sobre cero pero por muy poco.

Al poco rato de salir de las inmediaciones de la estación de esquí descubrimos que la nieve está de todo menos transformada y rezamos porque la senda Herreros tenga huella abierta...

Nuestros rezos caen en saco roto y descubrimos que tenemos 70cm de nieve blanda y en breve nos percataremos de que en algunos tramos llega al metro.

Comenzamos el tedioso trabajo de abrir huella con los ojos puestos en cualquier marca amarilla y blanca que veamos para poder seguir el a veces sinuoso camino.

Al poco rato me doy cuenta que los guetres que lleva incorporados el pantalón que he traido no ajustan todo lo que me gustaría con estas botas que he decidido traer.

Aquí es cuando recuerdo dónde se quedaron mis guetres, en casa…

4 horas son las que nos cuesta llegar hasta el corredor que nos habíamos propuesto que está ente el 6º y 7º pico y también las mismas horas que en mis botas ya se había hecho fuerte el agua.

Mientras nos hacemos una repisa en la nieve protegidos con una roca cubierta de hielo, y aprovecho para quitarme las botas y calcetines para escurrirlos, escuchamos unas voces y risas que parecen venir de lo alto del corredor.

Se trata de un grupo de esquiadores que están bajando por este dando saltos y haciendo piruetas entre las rocas.

-   Oye, te importa avisar a tus compis de que hay gente aquí, no vaya a ser que nos pasen por encima. – Le digo al primero que pasa.
-  Sí claro, lo siento!..Chavales por ahí no que hay gente subiendo el corredor!

Una vez se han ido, comenzamos con la rutina de la ascensión de un corredor sencillo como este que según la info que teníamos no sobrepasaba los 45º.

La nieve está fatal. Nada transformada y muy húmeda. Este hecho hace que te hundas continuamente obligándote muchas veces a nadar por ella para poder avanzar.

Llevamos una cuerda de 50m por lo que hacemos largos a tope de cuerda poniendo algún seguro intermedio a modo de porsiaca, aunque el terreno actual no lo necesita.

Primero voy yo y luego Ori intercambiando la cabeza de cordada, usando, casi en todas, el piolet enterrado.

Cuando llevamos ya siete largos de 50m (350m de cuerda) miro la hora y veo que son las 16:15 y aun nos quedan cerca de 200m, por lo que cambiamos de técnica para estos metros finales y me pongo la cuerda en bandolera para subir de pocos en pocos metros asegurando en corto.

Con esto llegamos a las 17:15 a la cima.

 Foto hecha subiendo a la Estación de Camorritos

(Es difícil coger la cima sin nubes y esta es la única foto que tengo actual y con nieve)

El viento gélido que corre en el collado hace que salgamos de allí raudos en busca de la ladera Este para encontrar refugio en algún sitio y poder comer algo antes de comenzar la bajada.

Esta la hacemos casi de manera autómata tras comer y abrigarnos y es entonces cuando me vuelvo a acordar de mis húmedos pies que se quejan de estar tanto tiempo chapoteando en fresca agua acumulada en el interior de las botas.

A eso de las 18:30 tras casi 11 horas de actividad estamos por fin en el coche descubriendo que en mis pies tan solo hay arrugas y no heridas ni ampollas :D

 La pongo pequeñica que da mucha grimica :D