VÍA PEDRO RAMOS, EL PÁJARO, PEDRIZA (FAMOSAS Y POLÉMICAS)
Abro con este post una nueva pestaña, que he decidido llamar “Famosas y polémicas” pero tranquilos, no se trata de mujeres operadas hasta los pies y que cobran por contar sus miserias en los medios de comunicación, sino de vías clasicas que por algún motivo han generado polémica ya sea por su equipamiento/desequipamiento o por contener alguna caracteristica que generó esa fama.
Comenzamos con una de las vías con más historia de la Pedriza. La vía Pedro Ramos de la cara Sureste de El Pájaro.
Esta vía fue la tercera abierta en este risco, cuando solo tenía la Normal de la cara Norte y la Clásica de la cara Sur.
El nombre de la vía lo pusieron los compañeros de apertura, Miguel Ángel Herreros y César Pérez de Tudela, al que falleció pocos días después de abrirla junto a ellos a consecuencia de una deshidratación severa. Y es que se abrió en estas mismas fechas en las que estamos ahora, pero en 1959, en plena ola de calor.
Es la vía que más veces he subido en El Pájaro (a día de hoy calculo unas 20), bien con amigos o con clientes y es que, para mí, de todas las que he escalado en este risco, que son unas pocas, esta es la más recomendable por ser exigente, tener un trazado ingenioso y ningún largo desmerece ya sea por lo histórico, por lo bonito o por lo expuesto de este.
Si queréis estar solos en la pared y tampoco queréis pasar del 6a+ obligado, esta es la vía perfecta.
Curiosamente, con el paso de los años, desde su apertura en el verano de 1959, los largos más famosos, se iban disipando con la aparición de los nuevos materiales y sobre todo de los pies de gato modernos.
Antes, el tercer largo, con su espectacular y aérea Columna de Hércules, fue el problema a superar durante la apertura y las siguientes repeticiones, no sin su polémica, por la clásica guerra de egos y discusiones infinitas sobre la seguridad y los primeros que pasaron por ella solo con algún clavo mal puesto.
Ello hizo que en sucesivas repeticiones se instalaran varios spits que fueron eliminados para dejarlo como estaba en su apertura, aunque finalmente y con el paso de los años reinó el sentido común (que es el sentido menos común de todos) y se dejaron tan solo un seguro fijo (ahora parabolt).
Ahora, al pasar por la vía, además de los clásicos picados para hacer más asequible su paso con calzado de la época, se puede ver ese sin sentido de poner y quitar maltratando a la roca que no tiene más culpa que haberse topado con el ego del ser humano que lo destuye todo.
Aun así, la vía dispone de varios clavos, sobre todo en su segundo largo, que hacen más llevadero este interesante y divertido tramo.
Entre todos los largos (6), incluidos los que coinciden con la Sur Clásica, solo dispone actualmente de 4 chapas y 5 reuniones con desculgue.
Advertir que en muchas ocasiones no se puede proteger durante varios metros, ello hace de su escalada una verdadera aventura en la que no podrás evitar recordar lo intrépidos y recios que eran en aquellos maravillosos años en los que todo estaba por descubrir y solo los valientes y los que conseguían sobrevivir recorrían por primera vez estas a veces no tan lógicas líneas.
Bibliografía recomendada: Pedriza Historia de 32 sendas de la vertical de César Castro
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