DIEDREANDO EN LA CABRERA

Siempre que se hacen planes de una gran quedada, casi nunca salen como esperabas, todo se queda en un parecido a lo que esperabas que fuera, pero lo mejor es que salga todo a pedir de boca a pesar del cansancio con el que escribo estas letras.

Vivieron de Murcia (por fin) Isaac y Perico, para hacerse una tourné en por las escuelas madrileñas, pero por diferentes motivos, al final no pudimos quedar con ellos hasta la mañana del sábado.

A eso de las 8:30 estábamos en la Cabrera, esperando a los más rezagados que llegaron a eso de las 9:30.

No empezamos a trepar hasta las 11:00.

Después de múltiples discusiones sobre qué hacer, donde y como formar las coradas, la cosa quedó medio clara.


Aprovechando que en mi cordada, a parte de Merche, estaba Arturo, un bombero con experiencia sobrada en estos menesteres y decido probar suerte con el mítico Diedro Loquillo, cotado según reza la (super) guía de la Cabrera, como V+.



Puedo comprobar como ese V+ es uno de los de antes, que ahora rondará el 6a+.
El largo es muy técnico, de saber colocarse y cambiar de posturas cada dos por tres.
La noche anterior, había llovido mucho y a pesar de la buena tempe y el calido viento que arreciaba de vez en cuando, los agarres (agujeros de clavos) y la misma esquina del diedro estaban mojados y resbaladizos poniéndome unas cuantas veces en situación de vuelo, pero que finalmente libro sufriendo bastante.



Este primer largo, tiene una par de chapas y un par de clavos, el resto es de proteger, por su parte baja con friends pequeños sabiéndolos colocar en los agujeros de clavos que luego no podrás usar de agarre y de alguno grande para la chimenea final de la izquierda.

Desde este punto toca una placa de V+ ya muy lavada, que es el 2º largo de la Esteban/Altieri. Me la doy yo de nuevo para no andar cambiando las cuerdas y demás.
Veo que en la reu de debajo del diedro de la Esteban/Altieri ya hay dos cordadas, por lo que decido tirar a otra que queda a la derecha, la del 3º largo de la Chocolate.

Esto ya se lo da Arturo, y decide darle a la fisura que queda enfrente de la reu.



Más fácil que la Diedro Loquillo pero con también miga que valoramos como un posible 6a.
Sin pararse en la otra reu, Arturo tira para arriba casi los 60m de la cuerda quedándonos Merche y yo con tan solo un metro de cuerda por debajo del Reverso.
Bueno saberlo para otras repeticiones.

Merche la lucha muy bien.



Como no nos oímos, el sistema de los tirones es nuestra manera de comunicarnos.
Terminamos la vía sin más complicaciones.

El resto de peña andan unos por la Ezequiel, otros por la Piloto y otros por la Senda.



El resto de la tarde? pues decidiendo sobre los planes para el día siguiente que se cambiaban a golpe de cerveza, mientras unos planteaban la pedra, otros una fiesta Rave en Soto del Real, otros tirar para la Agujas,... entre tanto, la gente se fue yendo, quedando de todos los reunidos, sólo cinco, Asun, Merche, Isaac Perico y yo.
Decidimos a eso ya de las 21:00, que tirabamos para las Agujas, a probarnos en otro Diedro. El Diedro Deportiva, cotado de V+.

Gracias a las indicaciones de Arturo (el bombero) salimos del bar Peña del Águila, cruzamos la rotonda y nos metemos la primera a la derecha, seguimos la carretera hasta llegar al comienzo de una pista y llegar a una construcción de color marrón que creo es el monasterio donde hay un pequeño circuito de motos de tierra. Ahí dejamos los coches y tiramos, ya anocheciendo, por la marcada senda, la cual sólo tiene una posibilidad de despiste en un pequeño pedregal, por el que hay que tirar a la derecha y no a la izquierda como al principio parece.



El vivac está en el mismo camino y es fácilmente reconocible desde abajo, lo malo es que, a pesar de lo que se ve según subes, tiene poco espacio para dormir.
Después de una cena copiosa, a base de salchichas con soja tranasgénica y algún membrillo astringente, regado por un sabroso y fácilmente engullible vinito tinto, a eso de las 00:40 estábamos metidos en los sacos.



Ya callados, pudimos comprobar que las fiestas del pueblo de la Cabrera, son muy ruidosas y sobre todo con una energía y duración sorprendente, ya que hasta las 8:30 de la mañana, Mago de Oz y chunda-chunda, nos aderezó los sueños, no dejandome descansar nada más que alguna hora suelta en un continuo duerme vela.
También una mala elección donde coloqué la esterilla y saco, ayudó a completar el círculo. Inclinado y con bultos.

Esta mala noche la voy a pagar en la vía.

A eso de las 7:15 no aguanto más en el saco y sorprendentemente me despierto antes que Asun y Merche.
Por alguna razón que no sé, solo subimos las cosas de dormir al vivac, obligándonos a bajar de nuevo a los coches a por el material de trepar, ello hace que una cordada nos adelante y se meta antes, obligándonos a esperar casi una hora.



Son ya las 12:30.

Isaac y Perico deciden tomar otra opción, observando el aspecto de la vía y viendo que nos íbamos a eternizar con las tres cordadas peleando en el mismo trozo de pared.
Ellos eligen una vía de la cara Este de la Aguja sin Nombre, llamada Holocausto y cotada de IV+, una buena elección según me contaron después.



Nada más comenzar, veo que las fuerzan no me acompañan y que el coco tampoco anda en condiciones, ya que veo que hace mucho calor y el diedro del 2º largo es de roca muy oscura.

Intentar ser positivo.

Subo el primer largo dándome cuenta de que con los 6 Friends que llevo me quedo corto ya que son casi 40 metros de largo tengo que hacerme algunas tiradas de varios metros sin meter nada.
El Dierdo está limpio y es aconsejable llevar un poco de todo repitiendo quizá algún 2 y 3 de HB.

Según la guia es una IV+, pero para no variar la cosa no es así. Un V+ sería más aconsejable darle a este largo.



Cuando llego a la reu, aun está el segundo de la otra cordada desequipando el 2º largo, luchando por recuperar un fisu del que había volado su compañero, que debía pesar más de 80kg.

Después de que las chicas lucharan por el diedro, gritando cosas innombrables, noto como la negra roca arde, mientras el sol de la 13:00 lo calienta.
Aun así, decido darle un tiento a ver que pasa.

El comienzo es fácil, pero una vez puestos tres seguros (el último un fisu de DMM del nº4), la cosa empieza a tira para atrás y el cuerpo me pide hacerlo en bavaresa, coloco un pie en la negra roca y noto el calor en mi pie. El coco me dice ¡NO! y le hago caso.
Destrepo con cuidado y para abajo.
Está claro que aquí hay que venir fresco y con fresco.

Bajamos y esperamos a que Isaac y Perico bajen por la Oeste, desde un evidente árbol que hay antes de la cima, lleno de cordinos.
Con un rapel de 50m llegan al suelo.

Luego, de nuevo al bar, una birritas, unos tés, papear algo y tirar cada uno a su terruño.