POR TO LO NEGRO (ZARZALEJO+TOROZO+EL ESCORIAL)

Esta semana muchos han comenzado la jornada intensiva y eso añadido a que los días son muy largos, hace que muchos escaladores se planteen aprovechar las tardes para hacer lo segundo que más les gusta. Escalar.

Jueves 19
Los Yosemiteros, o parte de ellos, nos adentramos en ese bucle de aprovechamiento para seguir afinando la técnica de fisuras y el jueves quedamos en Zarzalejo, donde una bonita fisura que se hace en bavaresa nos esperaba paciente a darle unos pegues.

Después de unos bloques de placa, con garbanzos y romos tuerce dedos, en los que nos dejamos casi los meniscos, vamos al proyecto.

De lejos parece que tumba, pero en cuanto te sientas en el suelo, colocas las manos en to lo negro, abriendo la fisura a la derecha y los pies en oposición a la izquierda, compruebas que desploma, hasta que llegas a lo alto de esta, donde se encuentra lo más difícil…salir.

En el primer pegue, me quemo por dar pasos muy cortos…y me caigo casi de espaldas a las colchos.
En el segundo doy los pasos más largos y ese ahorro de fuerzas me deja energía suficiente para pensar un momento y darme cuenta que necesito empotrar la mano izquierda bien alta para poder ver el pie derecho y por fin salir. Quizá 6b.

Alberto le da pegues y pegues, pero sin el cerrojo de arriba la cosa se pone realmente infernal y no hemos traído esparadrapo.

El próximo día, con guantes, sale…

Unas clásicas como es de rigor y nos despedimos hasta mañana, ya que al día siguiente teníamos visita al Torozo con noche del viernes y sábado de vuelta.

Viernes 20
Guille, Alberto y el redactor jefe, diseñador, corrector de estilo y comercial del blog, quedamos tarde, cuando el sol ya proyecta sombras alargadas, para dirigirnos al Puerto del Pico, donde cenaremos, dormiremos y despertaremos.

Sábado 21
La noche ha sido fría y he pecado de escaso, por lo que paso algo de frío y humedad a últimas horas de la oscuridad.
Amanece a las 07:00, junto a unos amigos de Guille, que llevan consigo a un par de chicas vascas de amplias espaldas y motivación absoluta. Tanta, que lo primero que hacen nada más salir del saco es ponerse el arnés!

En poco más de una hora estamos listos, para acometer la aproximación de 45min y llegada a pie de la vía. Cada vez que ladras, cobras, de grado de 6a+ en unos croquis y 6a en otros. De cualquier manera asequible para nuestra experiencia.

-. Son las 10:00 a las 12:00 en la cima – Digo bromeando mientras comienzo a subir el primer largo de los tres que me habían tocado, después de elegir la pajita más corta, pensando que una cordada de tres y más de 300m de recorrido repartidos en 7 ú 8 largos, no bajaría de las 5 horas.

Pero claro, no contaba con que nos íbamos a compenetrar tan rápido e íbamos a ir tan sueltos en todos los largos y reuniones.

Los tres que me tocan a mi, son los más fáciles, cotando el primero de V+, el segundo de IIIº y tercero de V+, siendo estos dos empalmados a ojo de buen cubero, obligando a Alberto y Guille a salir de la reu en ensamble, para poder alcanzar yo la reu que tenía a 5m.
¡Qué momento chavales!

Una vez terminada mi parte, es Alberto quien habiendo sacado la mediana, le tocan los dos siguientes. El primero un Vº de placa con salida de un techín en la reu y luego el largo más bonito de la vía.
Una fisura cotada de 6a, con unos movimientos preciosos que envidio no haber dado de primero.

Finalmente es Guille quien le toca enfrentarse a los dos largos finales, en los que encontrará todo negro, por el musgo acumulado en las paredes de los dos diedros chimenea que encuentra en cada largo.

Elige grado Guille: M (Musgoso) MM (Muy musgoso) o EM (Excepcionalmente musgoso)

Decide en el último meterse por una vertical chimenea en la que me encajo cual fisurero por lo voluminoso de mi pepino de cámara.

Ya en la reu los tres, vemos que lo de hacer el último largo (el 8º) es puro trámite...

... así que sacamos sendas meriendas (la de Alberto gana por goleada, siendo un estupendo bocadillo que nos pasamos como un calamar humeante) y tiramos al patinoso descenso.

Son las 16:00, cuando ya abajo, en el coche, decidimos buscar el sitio perfecto para darnos un homenaje, que al final es en el restaurante de... una piscina de un camping?, donde por módico precio nos dan proteína de tamaño familiar. Tan grande que ni con el angular del pepino de mi cámara es capaz de sacarlo, de ahí que no haya foto de los mismos.

Son las 19:15, descargo la mochila en mi revuelta y desorganizada habitación, cuando recibo una llamada de Alberto para confirmar la hora para mañana Domingo.
Nos hemos planteado hacer la Superfisura en El Escorial.


Domingo 22
En horario patonero, nos presentamos en La Silla de Felipe II, donde coincidimos con Maria, Ángel y Paqui que ya marchan a casa, contándome que habían estado haciendo bloque de noche…y habían perdido un gato.
¡Tiene que molar hacer Búlder a la luz de la luna!

Gracias a las indicaciones de la guía de las 100 mejores de la zona centro, encontramos la que se conoce como la Superfisura.

Aquí una entrada de Palan demostrando entre otras cosas, que el tamaño...de las manos, importa mucho cuando se trata de hacer fisuras. A nosotros nos nos entran más que los dedos.

Para llega a ella, tienes que coger el camino que baja entre el chiringo y la misma Silla, a pocos metros, hay que girar a la izquierda, por un menos marcado camino que nos deja en una especie de claro, donde hay un bloque con una fisura de dedos.

Justo al otro lado, está la Superfisura y unas cuantas vías más, alguna inhumanas.
Para llegar, lo mejor es rodear todo el conjunto por el lado izquierdo, hasta dar con ella.

El grado? Pues entre imposible e imposible superior.

Cuantos friends has traído para meterlos en to lo negro?

Después de comprobar que vamos justos de cacharrería, nos planteamos hacerla en Top y darle pegues hasta que no podamos más.

Vendaje para uno, guantes para otro y una línea casi recta de 12m en los que debes jugar con la bavaresa, el cerrojeo, la oposición y la resistencia.

Atentos a la cuerda para ver lo que desploma el asunto.

Para Alberto cae al segundo intento, yo la termino también en el segundo, pero el tercero, mi brazo izquierdo se niega a responder y me veo obligado a solo asegurar a Alberto que le da otros dos tientos más hasta que la matiza.

Luego, para descalentar, nos vamos a esa fisura de dedos del claro, donde Alberto la saca A Vista y yo, a pesar del dolor de bíceps, al tercero.

Tras las clásicas de turno y una conversación algo trascendental, aun me da tiempo, antes de llegar a casa y poder descansar, a cerrar bien alguna puerta que hacía corriente desde hacía unos días.

Y si el tiempo (en su amplio sentido) nos deja, seguiremos adelante con nuestros ambiciosos proyectos.