17 de agosto de 2009

SIGUIENDO LOS PASOS DE REBUFFÁT - 02 (ALPES09)

En entradas anteriores…

Propongo a Alberto subir hasta arriba de esta canal en la que estamos y ver si hay posibilidad de escape. Sino rapelaríamos e intentaríamos la opción de seguir por donde pensaba que podría ser la continuación de la vía.

Hay que seguir moviendose...

Lo que no sabíamos aun es que esa posibilidad de rapel la tendríamos que descartar ya que los grandes bloques que recorremos para subir se mueven casi todos ya que están con una base de tierra que se desmenuza con sólo mirarla. Así que solo podríamos salir por arriba.

Alberto es el encargado de subir por la canal de afiladas y moviles piedras.




Tras un gesto de Alberto indicándome que puedo comenzar a subir, inicio el recorrido por los afilados “penitentes” de piedra que se hunden en la tierra ante la presión de mis pies.

Tengo la sensación de escalar sobre cuchillos…

Ya en la reunión, veo lo mismo que Alberto, un caos de bloques que hacen un vertical recorrido que no define donde nos llevará.
La incertidumbre no se apea de nuestras mentes y la única solución dada la situación del último largo, es seguir subiendo.

Sin hablar mucho, Alberto comienza los pasos mientras me percato de que ya no cae nada del cielo aunque se mantiene encapotado y amenazante.

La cuerda, mientras, se desliza en el reverso pasando metros y metros hasta que le pierdo de vista.

.- ¡Valdy! – Le oigo gritar
.- ¡Dime! - Respondo mecánicamente esperando buenas nuevas
.- ¡Creo que vamos a tener suerte!

La cuerda se acaba y comienzo el largo con esperanzas renovadas.
Al llegar donde está, compruebo que nuestra decisión ha sido correcta y estamos en el final de la vía de los chavales que ocupaban la aguja con nosotros. De ellos, ni rastro.

Lo malo es que donde estamos no hay reunión y la que está por encima nuestro está lejos y con claros pasos expuestos, de grado y sin posibilidad de protección.
Aun así miramos una fisura a la izquierda que podríamos usar para llegar a ella, pero la descartamos ya que decidimos que lo mejor es montar un rápel en los bloques que tenemos enfrente y buscar el siguiente rápel de la vía hacia abajo.

Para ello decidimos que baje Alberto rapelando de una cuerda fija, y para evitar sustos, bajarle yo de la otra con el reverso.

En ese momento, el cielo decide ofrecernos colores azules eliminando la posibilidad de tormenta, al menos de momento.



¡Estamos de suerte!

Poco rato después Alberto me avisa de que ha encontrado la reu.
Tras una corta discusión sobre si subir él de nuevo o bajar yo con las dos mochilas a cuestas, nos encontramos ya bajando los 6 rápeles de la vía comprobando que esta tiene un magnifico recorrido que seguramente hubiéramos disfrutado más que la vía “hecha”.



Tras estos rápeles, llegamos directamente a la rimaya del comienzo de la otra de 6c+, donde la inclinación hace que nada más bajar te tengas que poner la botas y los crampones para no caer por la pendiente por un resbalón.



Resulta realmente un duro ejercicio de equilibrio que nos lleva un rato conseguir.



¿Por que no nos lo pondríamos antes de bajar?

Son ya las 18:30 cuando empezamos a bajar por el glaciar, atestado de antiguas y recientes caídas de rocas, más lento de lo que deberíamos.



Craso error ya que tras llegar a unas morrenas laterales, decidimos detenernos un momento a comer algo del fuet que llevamos, tras 13 horas sin ingerir más que una barrita.



Absurdamente nos paramos en un sitio que es salida de piedras de una canal.
No hemos hecho más que sentarnos y sacar el fuet cuando oímos y luego vemos pasar grandes piedras como sandías a nuestra izquierda…ahora si que corremos para evitar ser alcanzados por más de estos proyectiles que bajan con una fuerza endiablada pareciendo querer jugar a los bolos, siendo estos nosotros, no si mirar de vez en cuando para arriba para ver si caían más.

Tras la carrera con peligrosos resbalones llegamos a zona segura, descansamos de esfuerzo ayudado por la adrenalina y acabamos con el fuet en cuestión de minutos.



Ya en el refugio de nuevo, las nubes vuelven a tapar los colores azules y la amenaza vuelve a asolar la zona, pero ya no tenemos miedo, ahora estamos seguros.




Nos acostamos a las 21:00 y al poco rato el tormentón anunciado llega para pasarse casi toda la noche tronado, con mucho viento, el cual nos despierta por la gracia de unos de los de la habitación, que ha tenido la genial idea de dejar abierta de par en par una ventana que golpea incesante contra la pared, hasta que alguien decide levantarse y cerrarla con alguna maldición en francés saliendo de su boca.


28 Jul
Tras la tormenta viene la calma y el día crece con mucho calor y cielos rasos que hacen nuestro regreso por las escaleras finales hasta la estación del tren cremallera de Montenvers, un poco suplicio.



El resto del día lo pasaríamos en Chamonix sin hacer nada más que planear la siguiente actividad que queríamos hacer en el día, sin usar refugio a ser posible sin mochilón.



Concretamente en la Aguille du l’M (De la M en adelante) y que según Rebuffát era un actividad asequible y rápida.



Para ello me acerco a Chamonix a hacer la compra de comida, adquirir el material abandonado en la vía del Monje para el rápel, y ver si había alguna guía de escalada de la zona donde nos pudieran dar más información de las vías que pretendiamos, ya que con los escuetos croquis del libro de las “100 mejores” es demasiado arriesgado meternos en más paredes. Mientras, Alberto, se queda descansando en el camping de la Mer de Glace donde habíamos conseguido alojamiento.



En la tienda me informan que los suyo es acercarse a lo que llaman “La Casa de la Montaña” donde tienen las guías, ya descatalogadas desde hace años y que puedes fotocopiar previo pago de 20 céntimos la copia.
Prácticamente fotocopia la guía entera, cosa que no le hace mucha gracia a la mujer que me atiende por el tiempo que le llevará mi elección.
Ahora ya tenemos algo más de información y escalaremos con un poco menos de inseguridad.




29 Jul

No escarmentados con la recomendación de la del Monje, hacemos caso de las referencias del libro de Rebuffát y a las 07:36 estamos de camino al teleférico.



Este nos llevaría desde Chamonix a 1035m de altitud hasta el Plan de L’Aiguille que está a 2.317m.



Desde aquí comienza el camino que se torna a izquierda recorriendo varios valles con gran desnivel que según Rebuffátt son 2 horas pero que a nosotros nos costaría casi 4 horas, por no saber por donde es añadido a las grandes mochilas, que más tarde sabríamos eran innecesarias por no necesitas varias copsas quen porteabamos como los crampomes, piolet y botas semirigidas, cosas que tendrían que ir a nuestras espaldas durante toda la actividad.



El principal problema al que nos enfrentamos esta vez no es la meteo ya que esta parece ser estable y sin posibilidad de mal, tiempo.



Esta vez el problema principal era el otro "tiempo", que jugaba en contra nuestra ya que nos habían dicho al comprar los billetes del teleférico, que el último salía a las 17:00, por lo que sólo teníamos 2 horas para escalar los casi 200m de vía y otras 2 hora para regresar lo que nos había costado llegar el doble.



Si no lo conseguíamos nos tocaría quedarnos por allí hasta el día siguiente…



No es que hubiera que ir rápido es que había que volar y es muy difícil volar cuando un peso como una losa tira de ti continuamente hacia atrás intentando tumbarte.



Aun así nos movemos todo lo rápido que podemos y hacemos la vía en tan solo 3 horas…lo malo vendría después.



La bajada, que la declaran como sencilla…pero pronto descubriríamos que en Alpes no hay descenso “sencillo”.



Lo primero son tres rápeles que comienzan en lo alto de la aguja izquierda, que es la que escalamos por su lado izquierdo, tras llegan al collado.
Esos tres rápeles no se indican en ninguna información de la que disponemos, lo cual nos escama y cabrea bastante.

¿Qué costará decir en el croquis que hay tres rápeles para llegar al otro collado?



Tras estos tres cortos rápeles se llega al collado donde comienza una empinada bajada, con mucha piedra suelta que hará que se baje con cuidado.

Cuando la pared izquierda (según se baja) se acaba, se va hacia ella y enseguida encontraremos como 80m de escaleras tipo ferrata, que nos depositan en el comienzo del glaciar.



Son las 17:30 cuando comenzamos a cruzar el glaciar, donde nada más empezar vemos como unas rocas caen a velocidades descomunales, estrellándose con el fondo rocoso, armando gran estruendo.



Decidimos cruzar este por arriba, pero tras un rato el miedo a que me caiga una de esas rocas, hace que me baje a los grandes bloques sueltos y móviles que hacen que tengas que dar cada paso con un equilibrio añadido.

Alberto luego me confesaría que un bloque estuvo apunto de darle, pero yo no me dí cuenta ya que nos separaba una gran distancia.


Por aquí es la bajada de la aguja de la M

Estoy saltando de bloque en bloque, casi cayendo a cada paso por lo inestable de estas, cuando decido tomarme un respiro y sentarme unos segundos a dar un trago de agua y un mordisco a la única barrita que había subido para la actividad.
Sé que no me puedo quedar mucho rato aquí ya que el lugar es potencialmente peligroso, por lo que no gasto mucho tiempo en ello.

Poco después de comenzar a saltar de nuevo entre los bloques, oigo unos gritos que me llegan difuminados por el eco pero que enseguida entiendo al mirar para arriba y ver varias líneas de grandes bloques cayendo en mi dirección.
Me quedo unos segundo mirando hacia donde se dirigen para correr hacia el lado contrario, pero es complicado saberlo ya que cambian de dirección casi en cada rebote.

¡Tengo que moverme ya!

Sin más dilación empiezo a dar grandes saltos entre los bloques parándome solo para mirar de vez en cuando y ver los bloques que rebotan alguno partiéndose en dos y generando más direcciones de caída.
Un par de veces estoy a punto de darme la gran piña pero el piolet que llevo en mi mano derecha consigue que apoye su extremo dándome el equilibrio necesario para no caer entre los grandes bloques móviles.

Unos minutos después, por fin estoy en lugar seguro intentado conseguir que el corazón no se me salga del pecho mientras la agitada respiración se empieza a tranquilizar.

Pero esto no había más que empezado.



Aun nos quedaba recorrer varios valles hasta llegar al teleférico que veíamos a los lejos...seguía funcionando a pesar de ser ya más de las 18:00¿?

Alberto continúa por el camino de arriba y yo hierro cogiendo un “atajo” por abajo.

No hay atajo sin trabajo…

Tras un regreso casi frenético intentado llegar antes de que los señores y dueños de nuestro regreso a Chamonix dieran por finalizada la tarea del día, a eso de las 19:50 llego a la cola del teleférico donde vemos que no somos los únicos que hemos apurado hasta el final.



La paliza de nuevo tremenda y la decisión de no hacer nada al día siguiente la tomamos delante la pizza más grande que nos dejaron pedir.




30 Jul

Este día lo gastaríamos en recopilar más información para los últimos días, pasando de nuevo por La Casa de la Montaña que está frente a la oficina de turismo, donde nos encontramos con dos chavales Riojanos muy majos que acababan de llegar y se planteaban hacer el Espolón Frendo a la Aguille du Midi con 1.100 m de recorrido.

También nos enteramos de donde está la aguja que sale en la portada del libro de Rebuffát,...


llamada Lames de Planpra...



que resulta ser una pequeña aguja en el camino de subida a la cima de Brevent, destacable desde Chamonix pueblo, en su ladera derecha.



El resto del tiempo lo gastamos en no hacer nada más que comer y beber para recuperar fuerzas, ya que los siguientes 3 días los pasaríamos durmiendo a 3.371m de altitud en el refugio Torino, donde nos planteábamos terminar nuestro viaje hasta que el tiempo cambiara.


12 comentarios:

Barbo dijo...

Tremendo,al final se puede decir que la suerte os acompañó :-D
Muy interensante el relato!

Historias de montaña dijo...

Qué hay Barbo:

Me alegra que te guste! :)

Bien es cierto que en estas lindes Alpinas la suerte juega un papel importante, sobre todo en cosas que no puedes controlar...

Uno más queda ;)

Salu2

Diego dijo...

Uff,

suerte que la naturaleza no hizo "pleno" en la cordada"...jejeje. Ver auténticos "Rolling Stones" tan cerca del cuerpo de uno no tiene que ser muy agradable...

Una lástima que no haya una guía en condiciones de la zona, pero claro, muchos 0'20€ es mucho dinero al cabo del año.

Imagínate lo que vivieron antaño los aperturistas de esas agujas, creo que es cuando uno verdaderamente aprecia lo que eran y hacían con los medios con los que se metían en esos marrones.

Buen repor ;-)))

Queremos más !!

Salu2

Borja dijo...

Pedazo de foto la última compañero!!!!!

Historias de montaña dijo...

Qué hay:

Diego: Les iba a preguntar la razón del porqué no volvían a editar las guías (que son unas pocas), pero llegué a la misma conclusión al ver la cantidad de gente que había pidiendo fotocopias. Era más rentable así.

Cierto, cuando estás ahí y piensas en que hace 40 ó 50 años atrás la peña se metía por ahí con cuerdas de cáñamo y bota dura para trepar…sencillamente alucinas!

La semana que viene la siguiente entrega ;)

Borja: Mirases donde mirases todo parecían postales! ;)

Salu2

JAVI dijo...

Muy buen reportaje, por un momentito me he visto corriendo delante de una piedra ladera abajo camino del Choucas que es un lugar mucho más seguro

:)

Antonio dijo...

Hola Vlady, bonita aventura, dan ganas de ir para allá, espero esa última entrega.

Un abrazo

Historias de montaña dijo...

Qué hay:

Javi: Pesadillas la siguiente noche y todo tuve...
Suena tranquilo y amigable eso de Choucas ;)

Antonio: Como van esas vacances?
A ver si no me lio mucho y lo tengo listo para el martes a mas tardar ;)

Gracias a los dos!

Salu2

ASUNCION dijo...

QUE BONITAS FOTOS PROFE..
LA ÚLTIMA IMMMMMMPRESIONANTE..

OYE.. PERO QUIEN TIRABA TANTAS PIEDRAS...??¿¿¿¿
QUE PESAOOOOOOOO no...???? jijiji:)
AHHHH Y LA MARMOTA... QUE GORDAAAAAAAA¡¡¡ ESA EN UN VIVAC.. A LA CAZUELAAAAAAAAAA¡¡¡ uysss¡
BESOTESSSSSSS¡¡

Historias de montaña dijo...

Jajaja...alguno que se enteró que ibamos por allí y se apostó en lo alto de algún pico jejeje...

Por cierto, ahora que lo dices, no conseguí adivinar que carne era la que nos sirvieron en la cena del refugio....parecía pollo, pero no sé yo jejeje ;)

Besos!

Fer dijo...

Vaya tela...

Historias de montaña dijo...

Y aun queda un trozo por coRtar ;)

Salu2