AL OTRO LADO (SUR CLÁSICA AL PÁJARO)

Cientos, o quizá miles de veces, he mirado desde diferentes puntos, a este gran risco de la Pedriza, mirando como las cordadas surcaban sus tres caras lentamente como arañas tejiendo en sus fisuras.


Este finde, la cosa ha sido diferente, ahora era yo quien miraba hacia esos que se paraban en el camino, mirando, observando incluso con prismáticos, los pausados movimientos de los qu luchaban en el lejano granito. Ahora si, ahora estaba al otro lado.



Las 6:00 de la mañana no es hora humana para levantarse, pero esto lo agradecería más tarde.
Habíamos quedado a las 8:00 en CantoCochino, yo llego un poco antes.
10min más tarde ya estamos Michel, Icoba y yo, repartiendo el material para salir cuanto antes.

El camino, lo hacemos rápido y sin pausas.



Tan sólo, un error al pasarnos el camino que va por la derecha del Platillo, nos hace sudar un poco la cuesta y acceso por la izquierda de éste.


Nota
Para no pasarse el camino de salida, hay que fijarse bien en un vivac que está en medio de éste y que al ir subiendo dejamos, a la izquierda, su entrada. A pocos metros sale un camino a derechas, que pasa por el río y luego sube por un fácil y marcado camino con continuos hitos, que nos lleva justo a la base de la Sur.

Sorprendidos, comprobamos que no hay nadie ni trepando ni en la base.



También comprobamos que el sol, a pesar de ser las 9:40, le falta bastante para comenzar a dar en la vía.
Esto, por un lado es perfecto, pero por otro, la pared esta bastante húmeda por de la lluvia del día anterior, obligándome a gastar un Friend en una pequeña travesía que hago, por evitar las chorreras de agua y mojarme las suelas de los gatos.



El primer largo (que me toca a mí) en algunas guías lo dan de 6a, pero sus pasos resultan ser, en lo que se refiere al grado, de V+, aunque no por ello, lo paso (un poco) canutas al ver que, después de superar la chimenea, en mi arnés, sólo me quedaban dos cosas grandes y 20m de largo (desconocido) aun.



Este 1º largo, se trata de una incomoda chimenea con fisura interna rectilínea, en la que estaría bien repetir algunos números medios, como el nº 1 de Camalot.
Pasada esta chimenea, las dos paredes casi se juntan y el cuerpo te pide irte a la chimenea de la derecha, pero lo mejor es seguir por la izquierda hasta casi llegar al final, donde una laja invertida en medio, te pide que la agarres por abajo, luego, en bavaresa vertical, pasas hasta al lado derecho, donde ya ves la 1ª reu. Subirse al lomo del espolón con algún paso de fe, es lo que queda. Antes, en este paso había un clavo que ahora no hay, por lo que es recomendable protegerlo con un Alien pequeño.

El 2º largo, se lo da Michel haciendo parte del 3º por error, principalmente, debido a mis indicaciones y a que en esta zona hay tres reuniones equipadas (una no viene el las guías) que hacen dudar de cual será la buena. Este largo sale de Vº, con dolorosos empotramientos de pies en su parte final.



Esto de la reunión intermedia, no supone ningún problema, pero hace que Icoba, se de un 4º larguito de apenas 10m, haciendo parte de la travesía que no da más de IV+.



Reconocido mi error, le pido que le de él al siguiente largo, que en ralidad me tocaría a mi y que cotan de Vº, que resulta ser un IV+ expuesto.
Nota
Es posible que estos largos (2º y 3º) se puedan dar de una tirada, ya que el 2º son 15 m y el otro unos 20m, aunque posiblemente el rozamiento de las cuerdas, hagan un poco incomodo el avance del primero de cordada sobre la travesía.

La reunión del 4º largo se hace en un árbol, o bien el alguno de los salientes del lado derecho de la cabeza del Pájaro.
Este 5º largo me lo doy yo, siendo un III+ con una fisuirilla tumbada y mogollón de setas hechas, por el viento, para lacearlas. Lo más complicado, es quizá un paso atlético, de bloque, a la salida de la reu, muy fácil de superar.
Se sabe por donde es, por el desgaste de la roca, en donde se pone (muy alto) el pie izquierdo, después de agarrarse al saliente a dos manos.



El último (el 6º) le toca a Michel, que resulta ser un IV, de pasos sobre algunos picados, sin seguros e imposible de proteger, de unos 8m, que te lleva a la cima.



Nota
Se puede hacer seguidos perfectamente, si llevamos cuerda de 60m, junto con el anterior, dando justos los 60m de cuerda.
Este (el 5º) es el único largo en que hay dificultades para oírse y verse, donde usamos los Walkies, prestados, de mi hermano pequeño. En cualquier caso, el sistema de los tirones es sencillo, práctico y muy últil para estos casos.

Mientras espero a que Michel e Icoba suban, veo, a mi derecha, el Cancho Amarillo y una cordada metida en una vía, llamada Espolón Geta cotada de A2+ y que luego sabría que se trataba de Los Lunnis.

En la cima, nos encontramos con otra cordada, que nos pide usar nuestras cuerdas para rapelar los 20m de la cara norte, a lo cual accedo avisándoles de la finura de las cuerdas y su aparato de rapel.



La bajada se puede hacer por dos sitios. Nosotros optamos por una expuesta canal (III+) que sale a la izquierda, donde hay que destrepar con sumo cuidado, sobre todo si ha llovido recientemente. Lo mejor es ir de espaldas cuando lo veamos chungo y no quitarse el casco por siaca.

Ya en la base de la Sur, miro la hora y veo que son las 16:00 cuando nos juntamos con la cordada de antes que había bajado por el lado derecho y con otra que espera a que baje el sol bajo los agradecidos árboles de la base.

Mientras comemos algo y hablamos sobre guías, grados y esas cosas que se siempre se hablan al terminar una vía, oímos un grito desgarrador que llega desde el escudo.
Todos nos ponemos en pie.
La otra cordada que anda preparándose para darle a la Sur, comenta que ha visto como alguien volaba y, posiblemente, picaba suelo desde lo alto de la fisura de la derecha del escudo.
Los 6 que estamos abajo, escuchamos, expectantes, si hay gritos de ayuda.
Después de unos minutos, comprobamos que no se oye nada. Buena señal.
Deducimos que estaban probando, en libre, la fisura y al caer, los seguros le han saltado. Seguramente llevaban móvil y ya habrían avisado a los bomberos.

Recogemos y nos vamos pensando en la cordada del escudo.

Más avanzado el descenso, vemos que la cordada de la caída, está preparando un rapel. Parece que no ha sido nada más que un susto.

Ya de vuelta a casa, en el coche, no puedo evitar mantener una sonrisa en mi cara, que no atribuyo a la cervecita con limón recién tomada, si no más bien a la sensación de haber cumplido por fin, uno de los objetivos más antiguos de escalada previstos en la Pedriza, por este que escribe.

Una menos...