19 de noviembre de 2012

Y LA GORDA CANTÓ (CABRERA)

Camino el tramo que está marcado con las clásicas tiras de plástico rojas y blancas, hasta dónde está la vía y la miro con desconfianza a la vez que siento una extraña atracción al adivinarse dura a la vez que bella.
No conozco la vía, ni si quiera recuerdo haber oído hablar de ella. Quizás tenga alguna guía con ella pero no es el momento de pensar en eso.


Visualizo los friend que pueden entrar y no pasan del 0.75 de Camalot.
La fisura es una media luna que se va enderezando hasta volverse a curvar en la otra dirección.

Es en bavaresa – Pienso

Me ato el cabo del miedo y pongo los gatos en mi pies, mientras inspiro y expiro profunda y ritmicamente concentrándome en mi respiración…solo en mi respiración.

Subo el primer tramo, que es sencillo por tumbar, hasta una repisa desde la cual pongo el primer friend. Un 0.5.
La bavaresa se endereza en los siguientes tres movimientos y cuando tengo en los pies el 0.5 puesto, me paro de nuevo a colocar otro friend.
Un nuevo 0.5 pero lo tengo en el otro lado del arnés así que cambio la postura y saco un poco el pie izquierdo para equilibrar.

Cojo la pieza, la coloco, pido cuerda y la acerco al mosquetón, por encima de mi cabeza, con el brazo extendido…de repente el pie izquierdo se va…y comienzo a caer.
La caída es fea, y lo sé. Antes de empezar lo he valorado, pero no pretendía caerme!
En la postura en la que estoy y la sorpresa del resbalón no me da tiempo a colocarme y caigo sobre la repisa con la nalga derecha como airbag. Luego me volteo quedando de cabeza.

-    ¿Estás bien? – Escucho a mi asegurador decir
-    Sí…creo que sí - Respondo al ver que no tengo roto nada aunque si que me sangra el pulgar de la mano izquierda.


Me incorporo y compruebo que mi pierna se mueve bien y solo noto un dolor sordo en la cadera.

Me bajan. Me desencuerdo y tiran de la cuerda, mientras me animan a descansar y esperar a que pase algún compañero.

-    No, no, gracias, pero prefiero darle ya - Pienso “Quiero aprovechar el subidón de adrenalina por la caída”

Me ato de nuevo, me limpio el musgo de la ropa, seco la herida con un poco de magnesio y compruebo mi cadera moviéndo la pierna derecha.

 Parece que está bien – me autoconvenzo.

De nuevo, vuelvo a pasar por el mismo tramo de la repisa y como suele pasarme casi siempre, no lo hago igual que la primera vez. La suciedad del pegue anterior hace que dude en cada movimiento hasta que vuelvo a céntrame en la respiración y entonces todo empieza a fluir.

David en un artificial

Chapo el primer friend, chapo el segundo y esta vez subo mucho más los pies para hacer una buena oposición y conseguir mayor adherencia.

Aprender de los errores.

Sigo subiendo y llego a la sección donde las normas me obligan a poner un friend. Hubiera tirado sin más pero... me toca recolocarme y buscar el 0.75 en el arnés, que de nuevo está al otro lado.
Lo coloco, mal, pero lo pongo. Sé que no aguantaría una caída pero tampoco tengo intención de caerme!

Me estoy petando…ahora no!

Me recoloco, y vuelvo a respirar, inspira expira, inspira expira…

Luego no pienso, solo escalo y lo hago lo mejor que sé.

Poco rato después estoy chapando la reunión, en una extraña mezcla de dolor y felicidad que me inunda por dentro y hace que tenga unas ganas brutal de hablar, gritar!…será la adrenalina? Pues eso será.

2 comentarios:

Diego dijo...

Culetazo que supo rico rico !!!
Una cosa menos, un peldaño más arriba, ahora a seguir pa'lante ;-)

salu2

Historias de montaña dijo...

Jajaja...el culetazo en sí, no, pero luego, cuando chapé cadena...ufff! :D

Gracias Diego!