24 de julio de 2018

45 x 360º

Año este muy diferente a los anteriores.


Con poca escalada en roca y mucho roco.


Y la poca roca que he hecho ha sido con el Soloist o trabajando de guía.


Salvo claro la apertura de Idea Peregrina 2 e Idea Peregrina 3.

“Algo” de nieve cayó durante el invierno y aproveché un par de salidas a nieve también.


Pero lo que más he notado han sido los cambios en la búsqueda de la estabilidad económica, dejando en segundo plano la irregularidad de las guiadas y centrándome en buscar trabajos más estables y si era posible con contrato. Esto me llevó a trabajar en un rocódromo dando entrenamientos dirigidos, lo cual me ha llenado mucho gracias a que como siempre intento con todo lo que hago es hacerlo al 100%. No creo que exista otra forma de hacer las cosas si se quiere estar presente, disfrutar de ellas y estar abierto además a aprender, aunque tu cometido sea enseñar.


Ahora que comienzo una nueva vuelta al sol, también comienzo otra nueva etapa profesional (salvo cambios de última hora) que me llevarán a ser de nuevo escalador de fin de semana, con o que ello conlleva, al menos de septiembre a junio, y que me vuelve a obligar a plantearme ese dilema que tenemos los escaladores “pobres”: Tiempo libre vs dinero.
Aun así, muy ilusionado por este nuevo cambio.

Y no podía olvidarme de León, mi hijo, que también pasará a cumplir un año en unos días, habiendo vivido con él algo tan increíblemente maravillosos como duro para la vida del padre y la madre, por el cambio tan brutal que supone y la falta de sueño que se acumula con los meses.


Si tienes la suerte de ser padre/madre y puedes te recomiendo vivir esta experiencia lo más conscientemente posible no perdiéndote detalles, porque es realmente espectacular.


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