5 de octubre de 2009

ROAD TRIP 09 (GALICIA Y PORTUGAL) 03

En entradas anteriores...

En el sitio de Internet, donde tristemente no tiene impresora y no puedo llevarme los croquis tocándome dibujarlos, conozco a una chica brasileña muy maja, llamada Aline, con la que enseguida hago migas, compartiendo mails y prometiendo volver a vernos en un próximo viaje que ella iba a realizar a Madrid.


Jueves 17

Mientras desayuno, descarto la opción de Valcorchero cuando saco de nuevo la guía de Portugal y compruebo que hay al menos tres zonas de bloque que me gustaría conocer antes de volver a España, pero sólo me quedan dos días de viaje, asi que me decido por las fotos que aparecen en esta, siendo la primera opción lo que llaman Peninha.



Esta zona está en un bosque de película, que en parte me recuerda un poco al Escorial aunque muchísimo más frondoso, tupido, cuidado y sin bares en la zona.

Para llega a este interesante paraje hay que ir hacia el pueblo de Malveira y buscar las indicaciones hacia la ermita de Peninha.


Este es el desvío en cuestión.

De nuevo tocan cuestas y hasta me parece escuchar a la niña, suspirar ante el camino que le espera…pobre!

Por suerte el trayecto es a veces en cuesta arriba y otras veces para abajo y más corto de lo esperado.

Ufff…

Al llegar a un llano, me tengo que para al encontrarme de repente mogollón de gente que al principio no encajo en el paisaje, pero que poco a poco según me voy fijando en los detalles entiendo.



Focos, cámaras, traveling…

Ação!!!

Aparco en un sitio más adelante para evitar molestar en la grabación y dudo en acercarme, ya que claramente es la zona de bloque que reseña la guía, pero al final, saco el trípode, la niña pequeña, la colcho, los gatos y la motivación suficiente para enfrentarme a una posible charla…

Por suerte están apartados de la zona elegida y con las cámaras apuntando en otra dirección de donde están los bloques principales, que parecen sacados de algún decorado de película.



Empiezo por unos bloques bajos que están cerca de donde están grabando y procuro escalar en silencio.



Luego me paso a uno de los grandes y allí me mpiezo a pelear con un curioso bloque que tiene limpio justo los sitios donde puedes apoyar los pies y ñapear en adherencia, lo cual es más que interesante dada la humedad de la zona.



Estoy en estas cuando veo que un chaval de los de la grabación, se acerca a mi y me comenta, en perfecto portugués, que ese bloque se hace corriendo cogiendo carrerilla, que en estático, como lo estoy probando, es más grado.



Luego me acerco a escalar contigo, si no te importa, cuando paremos a comer. Vale?

Así que cuando llegan las 13:30, hora portuguesa, se acerca y compruebo que el chaval está fuerte y nos probamos cosillas duras de las que no hay más imágenes, porque estaba más a la escalada que a las fotos.



Tras despedirnos decido mirar los otros sectores y llegar hasta el final de la carretera donde está la ermita.



Hacer algunas fotos.



Parar a comer en este peculiar paraje y de paso decidir donde iba a dormir esa noche.



Finalmente, tras una nula discusión, el plan es ir hacia la Praia do Cavalo, lugar que recomiendan visitar en la guía por lo espectacular de su playa y como no, de la zona de bloque que más bien es un desplome con arena como colcho que debido a la marea solo se puede acceder a ella, cómodamente, a ciertas horas.



Así que sin más dilación vuelvo a meter las cosas en la furgo y de nuevo me pongo en camino hacia el nuevo destino.

Esta vez el camino es más corto y en apenas 2horas estoy en la Praia de Adraga, que es desde donde se accede a la de Cavalo.



Para llegar a esta hay que buscar el pueblo de Almocageme y tras pasarlo, se llega a esa agitada playa de grandes olas y espigadas rocas.



Llegar a esta playa, supuso tener la sensación de que había llegado al final del viaje por limite impuesto a la niña como frontera infranqueable.



Desde aquí ya sólo había una dirección y era la contraria, la de volver, volver a la rutina del trabajo, muy diferente a la también rutina que había llevado durante siete días en compañía tan sólo de mis dos niñas y alguna amiga que fui dejando atrás según sumaba kilómetros.



Un lugar perfecto para terminar este viaje lleno de experiencias que han conseguido, como suelen hacerlo estos viajes solitarios, que me conozca un poco mejor.



Tras estar un par de horas por la playa y finalmente conseguir pasar al otro lado cuando la marea baja, decido que no quiero dormir allí.



Una sensación de desasosiego me lleva a volver a la furgo y arrancar de nuevo para emprender ya nocturno camino hacía la gran ciudad de Lisboa.



Alli buscaré un hotel céntrico y económico, para conocer un poco la noche de Lisboa.




Viernes 18
El despertar se me hace raro ya que no estoy dentro del saco y las primeras imágenes que asimila mi cerebro hacen que esté unos segundos reconociendo el lugar donde despierto, acostumbrado a despertar con la luz del sol y los sonido de la naturaleza como música de fondo.

Y ya por fin, antes de emprender el último trayecto de este Road trip, decido pasarme por el Puente del 25 de Abril…



Y el Cristo Rei, replica del que hay en Brasil.



Siete horas después, he vuelto a la realidad y lo mejor de todo es que la niña a aguantado como una campeona! Ahora le toca ir al especialista a que le hagan un chequeo completo, para que en breve vuelva a acompañarme en alguna nueva historia de montaña.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

sobredosis de boulder!! que guapo el sector del bosque normal que graben pelis!!! menudo viaje!!!

Historias de montaña dijo...

Qué hay Alex:

Volví con un callo en los dedos de poder apagar cigarros ;)

A vosotros seguro que os gustaría conocer la zona...

Salu2

Alberto B. Goode dijo...

Hola Vlady, siempre he querido emprender un viaje así, conmigo mismo... pero a lo mejor acabo por no aguantarme. En todo caso, creo que le has echado huevos y me alegro de que te haya salido bien.

un abrazo.

D. dijo...

Un viaje espectacular!!

K fotozas te sacas tu solo, no? acojonantes.

Buenisima la trilogia.

Un saludo.

Historias de montaña dijo...

Qué hay:

Free: A veces se llega a eso, pero como tienes tantas cosas en que pensar y hacer ya que no se reparte nada del "trabajo" (tareas "caseras", conducir, búsquead de lugar de pernocta, búsueda de lugar de escalada, etc) no te da tiempo a cabrearte ;)

Dani Japo: Gracias!
Lo de las fotos, a parte de seguir los consejos de colegas que se dedica profesionalmente a ello, también el paisaje hace bastante ;)

Salu2