10 de abril de 2013

TRES NOCHES Y TRES CAMAS (MOIÁ, BARCELONA Y ARBOLÍ, TARRAGONA)

En semana santa siempre llueve y este año no ha sido menos, por lo que aprovechamos un tema laboral de Ori para acercarnos a Cataluña del 2 al 5 de abril con la esperanza de igual que suele ser la semana sagrada húmeda, la que le sigue suele ser seca y calurosa.

Bien, pues nada más lejos de la realidad :/


No obstante la persistencia suele dar algún fruto aunque sea pequeño y algo escaso en sabor.

Día 2 martes
Tras el viaje de 670km hasta Barcelona en el que como no, llovió…


…nos acoplamos en casa de una amiga de Ori, presentándonos con una buena botella de vino, recibiendonos con unas Voll-Damm y con unas deliciosas “Muns” que vienen a ser empanadillas argentinas pero con un toque especial que recomiendo probar encarecidamente.


Tras esto nos vamos a nuestra primera cama del viaje cansados de la paliza del viaje.

Día 3 miércoles
Un agradable paseo al lado del mar con una brisa perfecta para que el astro rey no moleste, nos lleva hacia el lugar dónde Ori iba a ofrecer sus conocimientos.


Esperamos que el resto de días (los de actividad) fueran al menos como este a pesar de las penosas previsiones.


La charla es un éxito, como no ;)


Luego una buena comida en primera línea de playa y despedida de estos amigos.


Para regresar hasta dónde tenemos aparcado el coche decidimos conocer el metro de Barcelona.


A 2€ el billete sencillo.


Hoy hemos quedado con otra amiga, Bea que viene de viaje y a la que vamos a recoger al aeropuerto para luego alojarnos en su casa en un precioso pueblecito alejado del bullicio de la capital llamado Moiá.


De nuevo Voll-Damm antes de la cena y en ella parte del vino que hemos traído para Bea, hacen que las historias fluyan de nuestras bocas.


-    Pff… Pues en Montserrat y en Arbolí dan lluvias para mañana, pero parece que para pasado no – Digo mientras observo varias web de previsión de la zona.
-    ¿Sabéis que aquí hay una zona de escalada? – Nos dice Bea – Tiene unas 170 vías y está muy cerca del coche.

Sin pensarlo más, antes de irnos a nuestra segunda cama, decidimos que mañana tocaría conocer la escuela de escalada de Moiá.

Día 4 jueves
El día amanece amenazador y cubierto por nubes cargadas de lluvia, aun así nos acercamos a la escuela guiados por Bea de la que nos despedimos aquí ya que le toca trabajar y no nos podrá acompañar a pesar de quedarse con las ganas.


Llevo a la práctica el sistema, que he aprendido a usar cada vez que voy a una escuela nueva de la que no tengo referencia, y escalo lo más sencillo que hay para comprobar cómo está el grado por aquí.
No he terminado de bajar de la vía cuando se pone a llover…

Pff…

Aun así Ori la hace esperando que sean solo una gotejas…No lo son.

Por otro lado comprueba que ese dolor del tobillo que parece una sobrecarga por correr con las nuevas zapatillas que está probando, no le va a dejar escalar. :/

Recogemos todo, lo ponemos en uno de los múltiples desplomes y nos quedamos medio embobados mirando como llueve.

Al poco rato me pueden las ganas y decido buscar alguna vía que esté protegida por el desplome de los techos y así al menos quitarme el mono que llevo arrastrando todo el invierno.

Lo encuentro en una fisura gobernada por un espectacular espolón que hace de parapeto.


Según lo apuntado en el comienzo de vía le dan 6a+. Puede ser, aunque no estoy acostumbrado a esta roca y llevo demasiado tiempo sin escalar para poder hacer una valoración si quiera subjetiva.


Al poco de bajar deja de llover y no perdemos el tiempo en buscar el siguiente objetivo.


En  la escuela predominan las vías explosivas y desplomadas, con poca altura, no superando los 10 ó 12m, aunque hay un poco de todo (diedros, fisuras, placas) por lo que decidimos buscar lo que más atractivo nos resultase y hacerlo hasta que el cuerpo aguante.


En total hago 6 vías y acabo bastante satisfecho, dejándome algo de energía y ganas para el día de mañana en Arbolí.


Error…


Sigilosamente, cual gatete nos vamos hacia Arbolí (Tarragona) esperando no despertar a la Sra. Meteo de su reposo estacional.

Pero antes nos acercamos a comprar queso en la fábrica de Mont-brú.


Tristemente solo abren festivos, por lo que tras sorprendernos del tamaño de los perros que cuidan el lugar nos vamos a la siguiente provincia de nuestro viaje por Cataluña.


De camino toca ya repostar y lo hacemos en uno de los sitios más económicos que encontramos, en el pueblo de Santa María de Miralles (Barcelona) en la C37 a la altura del km 48,5, de la cadena conocida como Petromirallares.


Llegamos ya de noche a Arbolí, dónde nos sorprende lo pequeño del pueblo.


El cielo negruzco nos acompaña todo el viaje, pero sin dejar caer su carga.

La cosa dura poco y comienza a llover con fuerza y nos vemos afinados en la furgo junto a 6 latas de Voll-Damm que nos miran con desconfianza sabiendo que darñiamos cuenta de ellas hasta que llegase la hora de la fría cena, por no poder cocinar fuera, antes de irnos a nuestra tercera cama.

Día 5 viernes
Amanece no solo lloviendo sino que el frío consigue congelar el agua y nos cae en estado sólido.


Por suerte no cuaja.
Hacemos un cortísimo paseo, al menos para ver las paredes más cercanas.


Y también vislumbrar la famosa y bonita zona del Montsant.


Ahora toca volver a casa, dónde nos esperan unos meses algo estresantes que seguro darán un gran fruto con deliciosos e intenso sabor.


6 comentarios:

Diego dijo...

Hola Vlady,

Pues nada, acumulando mono. ¿Agua? a manta en todos los lados...
Aprovecha estos días que hace bueno para ir quitando parte del mnono, aunqeu en abril ya se sabe... "aguas mil".

Saludos

Vladimir Bustóf de la Sousa dijo...

Qué hay Diego!

Nos vamos a quedar “vladitos” de tanta agua :D

Salu2

Antonio dijo...

Hola
También dicen de abril...Todas las aguas caben en un barril, yo eso intento creérmelo, je, je.
Por cierto, no conocía esa marca de pacharán... buen regalo para algún "amigo" :)

Saludos

Vladimir Bustóf de la Sousa dijo...

Qué hay Antonio!

Me quedo con las aguas del barril, que además cuenta la leyenda hace crecer el pelo:D

El licor lo venden en una peculiar estación de servicio de la A2 llamada 103, junto a otros productos con los que pueden revolversete las tripas ;)

Salu2

Becki dijo...

Pues mira tú que bien! Me acabo de enterar que en Moià hay una escuela de escalada ;)
Un beso y... hasta prontooo!

Vladimir Bustóf de la Sousa dijo...

Qué hay Becki!

Otra pequeña joya que descubrir ;)

Besos!